martes, 14 de diciembre de 2010

Feliz Navidad (?)


Lo sencillo en mi caso sería detestar la Navidad, ¿no? Que si son fiestas familiares; que si se anhela la presencia de los seres queridos ausentes; que si a mi madre le dio por despedirse para siempre el día de Nochebuena de hace dos años; que si esta época está repleta de frases hechas que tanto aborrezco; que si es paradójico hacer sólo buenas obras en estas fechas y tener una especie de ataque de caridad y apadrinar niños y dar limosna a quien antes ni mirábamos a la cara; que si patatín que si patatán, paparruchas, paparruchas… O también podría empezar con el discurso del materialismo, la invasión de las costumbres de otros países, el gordo y feo de Papá Noel que no pinta nada en España, la contaminación lumínica, el abandono de las mascotas que se regalan como si fueran peluches, el papel de las grandes superficies para inflarnos de consumismo, la elevación de los niveles de colesterol, las hipócritas cenas de empresa con los jefes y los compañeros a los que se critica a diario… la pesadez de los peces hartos de beber en el río año tras año sin descanso porque es el único villancico que nos sabemos, etc.

Reconozco que ha habido años en los que la Navidad era una especie de condena para mí y sentía como si tuviera que pagar una ‘pena’de al menos un mes y medio y un día por algún delito cometido en el pasado. Y pagaba la pena con creces, sintiendo precisamente eso, una PENA inmensa.

ELLA cambió mi percepción. Me noto ilusionada escribiendo la carta a los Reyes Magos, ayudándola a colorear adornos navideños que tiene que llevar al cole, yendo con su clase de excursión como “madre de apoyo” a visitar belenes de pueblos cercanos, colocando el árbol, las bolas, las luces… y me sorprenddo pensando qué menú especial puedo preparar para Nochebuena porque este año, después de….-no recuerdo los años, quizá 7 u 8- vuelvo a pasar esa noche con mi sobrina, y estará también su hija y será la primera vez que la pasan juntas las primas… Y estoy feliz embarazadísima, notando mucho a ELLITA y viviendo aquí en este pueblo tranquilo, sin grandes problemas salvo tonterías cotidianas…

Ya era hora ¿no? Si es que me lo merecía. Ya lo sé. A las buenas personas la VIDA nos tiene que dar alguna vez la oportunidad de poder ser felices y parece que al fin se ha decidido a concederme ese deseo. No siempre estoy feliz pero al menos sé que puedo llegar a estarlo, que tengo esa opción. Durante unos cuantos años era algo imposible. El dolor continuado, crónico e intenso y la incertidumbre diaria anulan toda oportunidad.
Gracias a todos vosotros por formar parte de mi vida (de la bonita y de la menos agraciada) y por seguir cuidando de la vuestra.

sábado, 11 de diciembre de 2010

Una nueva "vienesa"


Llevo unos días inquieta esperando la gran noticia...¡¡Y al fin vino!! Lo ha hecho en forma de sms: "¡Ha llegado! Todo ha salido muy bien. Es monísima! [...]"
Los hijos de los buenos amigos son algo más que nuevos bebés que habitan el mundo. Debería haber una palabra para denominar el "parentesco" que se tiene con ellos. Debo ser su "titamiga" o algo así, pero algo soy. La nueva vienesa es algo muy mío, lo siento así. Y es algo de ELLA y de ELLITA. Y de ÉL.

Hoy me hubiera gustado estar cerca de mi amiga y ser de las primeras personas en verla con su HIJA en brazos... La distancia a veces se vuelve infinita y otras, sin embargo, pierde toda dimensión. Bueno, me queda la ilusión de saber que van a venir en Navidad y los Reyes Magos me van a traer un esperado reencuentro.
Me encanta imaginar la emoción de sus padres en estos momentos... Creo que si a cualquier padre o madre le preguntan por los instantes claves de su vida la mayoría recuerdan el nacimiento o llegada de sus hijos/as.

Esto me recuerda a la frase que anunciaba la boda más bonita y original a la que he ido: "La vida no se mide por las veces que respiras sino por los momentos que te dejan sin aliento".

Y aunque no la vea sé que mi amiga ahora mismo está sin aliento (en sentido metafórico y literal, que un parto es un parto).

Os queremos a los TRES.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Flores, plantas y ausencias


Todos hemos pasado alguna vez con el coche por el lugar en el que alguien ha depositado un ramo de flores para recordar a un ser querido que perdió la vida en ese punto de la carretera. La sensación al pasar por delante es rara; mezcla de respeto, de ligero temor… El otro día coincidió que fuimos testigos de cómo una pareja, desafiando al mal tiempo, se dirigía por el arcén de la autovía con un ramo de flores en la mano hacia un punto en el que siempre, SIEMPRE, hay flores desde hace años.
Yo me pregunto qué les lleva a no abandonar ese sagrado ritual, imagino que en realidad es más difícil dejar de hacerlo que empezar…Quizá también en ese caso se cumple una especie de función social avisando de sitios peligrosos y llamando a los conductores a la precaución. No lo sé. Siempre he odiado las flores para los difuntos así que ni me atrevo a expresar lo que me produce, por ejemplo, el “día de todos los santos” y el espectáculo que se organiza en los cementerios. A muchos ausentes ni siquiera les gustaban las flores y cada domingo y fiestas de guardar les atiborran el nicho con aromas que ya no pueden apreciar..., pero aun así, independientemente de mi opinión, creo que es algo respetable y sé que cada uno gestiona el dolor como puede.
Mi abuela era fiel a ese ritual. Sentía la necesidad de ir todos los fines de semana a llevar flores al cementerio; primero a mi tío y luego también a mi abuelo. Nos resultaba duro verla pero a ella le venía bien, era su forma de decirles que no podía olvidarlos, que los necesitaba, que a veces sentía que no iba a poder seguir caminando sin tenerles cerca y que echaba de menos que mi abuelo le hiciera cada día el desayuno…
Yo nunca he llevado flores a ninguna tumba. Estoy pensando que no he vuelto al nicho de mi padre desde que le enterramos (hace ya 17 años). Ni al de mi abuelo, ni al de mi abuela, ni al de mi tío…Quizá un día vaya, pero no sé muy bien a qué, la verdad.

Cuando mi hermana estaba muy enferma me pidió que escribiera sus memorias y también que tuviera en cuenta cómo le gustaría que la recordáramos cuando ella no estuviera. Me decía que me lo contaba a mí porque era la única que la escuchaba sin cambiar de tema, y que además yo estaba tranquila, que su marido y mi madre se ponían nerviosos si les hablaba de manera tan clara. Lo que ella nunca supo es que mientras la escuchaba lloraba sin parar, pero ella ya no podía verme y yo conseguía hacerlo en silencio…El caso es que me pidió que la incineráramos y que no nos deshiciéramos de las cenizas. Quería estar siempre presente y se le ocurrió que podíamos mezclar las cenizas con tierra y ponerlas en una planta a la que siguiéramos cuidando... Ella original siempre, hasta más allá del final. Lo tenía todo pensado, era escalofriante escucharla; me dijo que no me preocupara si se marchitaba, que cambiábamos la planta y ya estaba.
Hemos tardado años en cumplir su deseo, para determinadas cosas nunca se encuentra el momento oportuno. Estamos más preparados para todo aquello que socialmente está programado (ataúd, velatorio, funeral, entierro y flores) que para innovar cuando se trata de temas tan delicados… pero el año pasado mi pedazo sobrina sacó fuerzas no sé de dónde y convertimos la esperanza de su madre en realidad. Ambas tenemos en nuestro hogar una planta única, especial, íntima..., a la que regamos, cambiamos de posición, limpiamos las hojas secas...

No lo había compartido esto con casi nadie, ni siquiera con muchas de mis amistades más estrechas, pero hoy me ha surgido hacerlo. Y, paradojas de la vida, lo comparto en la red, accesible al mundo entero. Espero que a mi sobrina no le moleste, podía habérselo preguntado antes pero escribo por impulsos y sin pensar demasiado. Si me paro a reflexionar se me caducan las emociones y entonces lo dejo pasar. Cuando ella lo lea me enteraré y si me pide que lo borre lo haré.
Nosotras no llevamos flores a muertos. Regamos plantas VIVAS.

viernes, 3 de diciembre de 2010

"Hay que buscarse un amante"


Me sigue ocurriendo algo que me encanta. De vez en cuando me quedo observándoLA y noto que me atrapa. Sigue impresionándome pensar que es MI hija; miro cómo se mueve, cómo habla, cómo canturrea canciones inventadas, cómo se aparta el pelo de la cara, cómo me llama "mami" cuando quiere hacerme la pelota.... Y lo bonita que es, las pestañas tan largas que tiene, esa sonrisa que despliega y me derrumba, me vuelve loca... y los problemas se minimizan. Hoy ÉL, cuando estaba yo en uno de esos momentos de magnetismo total con ELLA y le he dicho: "¿has visto qué hija tan bonita tenemos?" "¿no te resulta complicado no comértela?", me ha respondido con tono cariñoso: "Estás enamorada de ELLA".

Y sí, lo estoy, hasta la médula. Me enamoré el día que nació, sentí lo más parecido a un flechazo. Tengo más amantes pero ELLA es, sin duda, uno de los que más emociones me arranca. Y esto que he sentido hoy mientras la miraba, lo he asociado a un texto de Bucay que me gustó mucho cuando lo lei, a pesar de que su autor ha acabado resultándome cansino con el paso del tiempo. Yo cambiaría el título. No creo que haya que buscarse amantes, lo que hay que hacer es saber encontrarlos.

-Hay que buscarse un amante-

"Muchas personas tienen un amante y otras quisieran tenerlo. Y también están las que no lo tienen, o las que lo tenían y lo perdieron. Y son generalmente estas dos últimas, las que vienen a mi consultorio para decirme que están tristes o que tienen distintos síntomas como insomnio, falta de voluntad, pesimismo, crisis de llanto o los más diversos dolores.

Me cuentan que sus vidas transcurren de manera monótona y sin expectativas, que trabajan nada más que para subsistir y que no saben en qué ocupar su tiempo libre. En fin, palabras más, palabras menos, están verdaderamente desesperanzadas.

Antes de contarme esto ya habían visitado otros consultorios en los que recibieron la condolencia de un diagnóstico seguro:"Depresión" y la infaltable receta del antidepresivo de turno.

Entonces, después de que las escucho atentamente, les digo que no necesitan un antidepresivo; que lo que realmente necesitan, ES UN AMANTE.
Es increíble ver la expresión de sus ojos cuando reciben mi veredicto. Están las que piensan: ¡Cómo es posible que un profesional se despache alegremente con una sugerencia tan poco científica!. Y también están las que escandalizadas se despiden y no vuelven nunca más.

A las que deciden quedarse y no salen espantadas por el consejo, les doy la siguiente definición:Amante es: "Lo que nos apasiona". Lo que ocupa nuestro pensamiento antes de quedarnos dormidos y es también quien a veces, no nos deja dormir. Nuestro amante es lo que nos vuelve distraídos frente al entorno. Lo que nos deja saber que la vida tiene motivación y sentido.
A veces a nuestro amante lo encontramos en nuestra pareja, en otros casos en alguien que no es nuestra pareja. También solemos hallarlo en la investigación científica, en la literatura, en la música, en la política, en el deporte, en el trabajo cuando es vocacional, en la necesidad de trascender espiritualmente, en la amistad, en la buena mesa, en el estudio, o en el obsesivo placer de un hobby... En fin, es "alguien" o "algo" que nos pone de "novio con la vida" y nos aparta del triste destino de durar.

Y qué es durar? - Durar es tener miedo a vivir. Es dedicarse a espiar como viven los demás, es tomarse la presión, deambular por consultorios médicos, tomar remedios multicolores, alejarse de las gratificaciones, observar con decepción cada nueva arruga que nos devuelve el espejo, cuidarnos del frío, del calor, de la humedad, del sol y de la lluvia. Durar es postergar la posibilidad de disfrutar hoy, esgrimiendo el incierto y frágil razonamiento de que quizás podamos hacerlo mañana.
Por favor no te empeñes en durar, búscate un amante, sé vos también un amante y un protagonista... de la vida. Pensá que lo trágico no es morir, al fin y al cabo la muerte tiene buena memoria y nunca se olvidó de nadie.
Lo trágico, es no animarse a vivir; mientras tanto y sin dudar, búscate un amante...
La psicología después de estudiar mucho sobre el tema descubrió algo trascendental:

"Para estar contento, activo y sentirse feliz, hay que estar de novio con la vida".

-JORGE BUCAY-

lunes, 29 de noviembre de 2010

Sonrisa intrauterina

(Aclaración: la foto no corresponde a ELLITA)

Llevo varios días en los que el cuerpo me pide descanso; dolor y presión abdominal, calambres al estar de pie o andar un poco, contracciones del útero con dolor de espalda que sólo ceden si me tumbo…

No tengo cita con la matrona hasta el viernes y a pesar de lo reacia que soy a ir al médico (cuando se trata de mí, claro), me estaba empezando a preocupar y me parecía que era un tema que tenía que ver un ginecólogo. Esta mañana he ido a urgencias. Lo que me ha movido a ir ha sido, sobre todo, el recuerdo del parto de ELLA y el temor de pecar de imprudente. Cuando ELLA decidió nacer, llegué a urgencias con 7.5 cm de dilatación. Es algo que, si puedo, no quisiera volver a repetir , porque lejos de considerarlo una valiente hazaña pienso que fui una tímida pardilla primeriza, que por no ir “demasiado pronto” y no “molestar” aguantó el dolor en casa hasta el extremo. Ahora no quiero volver a serlo, así que por si acaso tengo distorsionado el umbral del dolor o ya no sé qué requiere urgencia y qué no, he preferido reducir la incertidumbre…
Me han hecho daño, muuuuuuuuuuuucho daño, han presionado tan fuerte en los puntos en los que les decía que me dolía que casi se me saltan las lágrimas. Si es que ya he dicho que no soy una superwoman. Cuanto más les decía que me dolía más apretaban. Debe ser una táctica para descongestionar urgencias, para que se le quiten a una las ganas de volver, que están saturados y siempre insisten en que se acuda al médico de cabecera. Me han hecho una exploración bastante completa , que ha incluido una ecografía. El ginecólogo le contaba a la de prácticas lo que veía en la pantalla (yo no lo veía, tampoco era el momento de corto cinematográfico, hay que ser serio); “ tiene bastante líquido amniótico, mira cómo se mueve, no para , por eso no le encontrábamos el corazón, aquí está la cabeza (colocada ya para abajo, así que noto tanta presión), aquí las nalgas (donde más me duele), mira la cara, la nariz… Y, cuando ya iba a acabar, llegó la frase que me tranquilizó por completo: “mira cómo sonríe, está haciendo muecas”.

A pesar de que la exploración ha sido normal, el ginecólogo ha preferido hacerme también un PT por el tema de las contracciones. Durante el tiempo que me han hecho el PT no he tenido ninguna y todo ha ido bien. Me han comentado que cuando me ocurra me tumbe y descanse y que no haga esfuerzos físicos. Pues nada, a seguir cuidándome. Me he quedado tranquila. Mi niña pequeña ha sonreído.

domingo, 28 de noviembre de 2010

Ella y Ellita: Tan poquitas cosas.

Tan poquitas cosas y lo son ya TODO para NOSOTROS.

Para ELLAS y para Él (es nuestro aniversario, 17 años juntos), "Tan poquita cosa", de Pasión Vega:

http://www.youtube.com/watch?v=cRPVZVUKEkc&feature=fvst

"Con la lluvia de invierno, con mis primeras canas llegaste a mi vida niña del alma,
lo mismo que el levante vuelve loca las flores tú a mí me has vuelto loca, loca de amores.
Por ti daría la vida, por ti bebo los vientos, por ti derrumbaría los pilares del cielo.
Yo no he sentido nunca celos por nadie y ahora, niña, no quiero que a ti te roce el aire.
Mi niña marinera, la de los ojos negros, la de la piel morena, mi rosa de los vientos.
La que me ha vuelto loco el corazón, la que me da la vida al despertar, la que cada mañana con una sonrisa me vuelve a llenar.
Tan poquita cosa, eras tan poquita cosa,que te cogí entre mis manos como el que coge una rosa.Tan poquita cosa, siendo tú tan poca cosa, llenaste mi vida entera igual que las mariposas llenan las primaveras.
Yo no te conocía, sólo te imaginaba. Yo contaba los días loca por ver tu cara.Y un canto de sirenas sentí por dentro y sólo una mirada, niña, bastó para querernos.
Mi Norte, mi poesía, mi cruz y mi tormento, mi pena, mi alegría, mi sentimiento. Y como ya te he dicho, lo mismo que el levante, tú a mí me has vuelto loca como a un amante.
Mi niña marinera, la de los ojos negros, la de la piel morena, mi rosa de los vientos.
La que me ha vuelto loco el corazón,la que me da la vida al despertar,la que cada mañana con una sonrisa me vuelve a llenar.
Tan poquita cosa, eras tan poquita cosa,que te cogí entre mis manos como el que coge una rosa.Poquita cosa, siendo tú tan poca cosa, llenaste mi vida entera.... Tan poquita cosa, eras tan poquita cosa,que te cogí entre mis manos como el que coge una rosa.Tan poquita cosa, siendo tú tan poca cosa, llenaste mi vida entera igual que las mariposas llenan las primaveras".

lunes, 22 de noviembre de 2010

No soy una superwoman

Llevo una semana con dolor en una muela, atiborrándome a paracetamol. La dentista me dijo que tenía que tomarme antibiótico antes de acudir a la cita que tengo para intentar arreglar algo, aunque no podrá hacer todo lo que debería hacer…. Mis eternos compañeros vitales, la DUDA y el MIEDO, me han llevado a no tomarme el antibiótico, con la esperanza de que ocurriera un milagro y desaparecieran la infección y el dolor por arte de magia. Pero la magia se ha debido gastar en otros asuntos y no ha llegado hasta mí. Hoy, tras la consulta de rigor a mi amiga médico, me he decidido a empezar a tomarlo porque no imagino los tres meses que quedan hasta el parto con este dolor encima. Además, me preocupa que se pueda complicar la infección y al final sea peor…

Pero me muero de rabia y de preocupación. Ando tan sensible que cuando me dijo la dentista que tenía que tomarlo casi me echo a llorar en la consulta. Después al contárselo a ÉL no podía aguantar las lágrimas. A veces me siento muy ridícula pero…

El otro día fui a la Mutua, a la típica cita de inspección por llevar ya un mes de baja. La doctora me hizo un interrogatorio pero no me escuchó, por ejemplo dio por hecho que no tomo las medidas adecuadas para cuidarme la espalda, etc, pero... ¡¡ni me tocó la espalda para constatar si tengo o no motivos para sentir dolor!! En medio de su ensayado y gastado discurso me soltó, a modo de eslogan publicitario, la típica frase hecha: “Una embarazada no es una enferma”. Encima de mi habitual malestar de espalda, me pilló con un catarro bestial y con mi ya estrenado dolor de muelas así que sólo atiné a contestarle: “ya, pero una embarazada enferma es una enferma”.

Estoy harta del papel de superwoman que se le impone hoy en día a la mujer. ¿Es normal estar trabajando y tener que salirte corriendo del despacho a devolver cada dos por tres? ¿cualquier trabajador tiene que tumbarse a escondidas en el baño de su despacho porque no soporta el dolor de espalda y no puede tomar medicación para aliviarlo? Pues bien, las embarazadas deben hacerlo. Y deben acudir directas del centro de trabajo al hospital a parir y dar de mamar a sus bebés mientras dan instrucciones al personal que tengan a su cargo, porque las mujeres de hoy valemos mucho: trabajamos, limpiamos, planchamos, cocinamos, bordamos el nombre de nuestros hijos en el babi, acudimos a las tutorías del colegio, conocemos los mejores quitamanchas, vamos al gimnasio, parimos y mantenemos la tableta abdominal, aplicamos las técnicas de supernani, nos levantamos maquilladas de la cama, llevamos el coche a pasar la ITV, montamos muebles de IKEA, manejamos nuevas tecnologías, colgamos cuadros, cortamos el césped, somos perfectas amantes… Vamos, que al fin hemos conseguido ser "igualitas" a los hombres (jua jua). A esto se le llama "igualdad de oportunidades", ¿no? Ahora sólo nos falta conseguir que realmente los hombres sean igual que nosotras y, salvo parir, hagan el resto con la soltura y gracia con la que se nos impone hacerlo a las mujeres del sigo XXI.

Me acabo de tomar mi primera dosis de antibiótico porque no soy una superwoman. Soy una simple humana, además un poco masoca. Me pongo a ver el prospecto y leo literalmente:
“ Puede ser utilizada durante el embarazo cuando los beneficios potenciales superen los riesgos potenciales asociados al tratamiento”. ¡Toma ya! Es lo más parecido a la frase monjil: “Allá tú y tu conciencia”.
¿Cómo se valora eso? Le he preguntado a ELLITA, que es la que me preocupa y me ha dado un par de patadas. Ahora sólo me queda traducirlo. Ojalá sea algo así: “Tranquila, mamá”.

martes, 16 de noviembre de 2010

Mujer Rica


En la tele están de moda los programas en los que pijas de plástico nos muestran su cotidianidad; su ropero, sus joyeros, sus cuidados estéticos, sus "casetas", sus deportivos, sus caprichitos, sus fiestas sorpresa….Y yo, cuando veo algo así, aparte de “cargarme de odio” (como decía una amiga mía), siempre me pregunto qué tipo de persona se presta a ser protagonista de un programa titulado : “Mujeres ricas”, ¿se pude ser más cutre? Y qué escala de valores tendrá alguien con ese ritmo de vida, esa superficialidad llevada al extremo, ese poco espacio para disfrutar de la NADA (con lo buena que es) porque lo tienen “todo”. Y no sé si será consuelo de pobre, pero también pienso que no saben ser felices, que muchas veces acaban deprimidas porque nunca pueden conseguir TODO lo que desean y se pierden algo tan esencial como llorar de emoción de la buena y valorar lo mínimo…
El otro día llegó ÉL con nuestro nuevo coche familiar. Hacía años que no me notaba tan ilusionada con algo puramente material. Bajé las escaleras y junto al portal estaba aparcada la “Touran” que consiguió recordarme la sensación de ser una niña la noche de Reyes.
Soy lo más parecido a una “mujer rica”; tengo un marido que me aparca un coche nuevo en la puerta de casa, duermo en una cama calentita, compro a mi hija lo que necesita, hoy cumplo 26 semanas de embarazo, me siento querida por buena gente y como variado todos los días, ¿qué más quiero? Definitivamente, en tiempo de crisis, yo estoy forrada.

sábado, 6 de noviembre de 2010

"El reloj parado a las siete"


Me encanta este cuento. Creo que suelo escribir este blog cuando mi imaginario reloj "marca las siete" y entonces " [...]Yo puedo crear, soñar, volar, decir y sentir más cosas en esos instantes que en todos los otros momentos [...]"

Me apetece compartirlo por si alguno/a no lo conocéis:

"Hay en una de las paredes de mi cuarto un hermoso reloj antiguo que ya no funciona. Sus manecillas detenidas casi desde siempre, señalan imperturbables las mima hora: las siete en punto. Casi todo el tiempo, el reloj es sólo un inútil adorno de una blanquecina pared. Sin embargo hay dos momentos en el día, dos fugaces instantes, en los que el viejo reloj parece resurgir de sus cenizas como un ave fénix. Cuando todos los relojes de la ciudad en sus enloquecidos andares marcan las 7 y los cu-cu y los gong de las demás máquinas hacen sonar por 7 veces su repetido canto, el viejo reloj de mi habitación parece cobrar vida. Dos veces al día, a la mañana y a la noche, el reloj se siente en absoluta armonía con el resto del universo. Si alguien mirara el reloj solamente en esos dos momentos, diría que funciona a la perfección... Pero pasado ese instante, cuando los otros relojes han acallado su canto y las manecillas siguen sus monótonos caminos, mi viejo reloj pierde su paso y permanece fiel a aquella hora que alguna vez detuvo su andar. Y yo amo ese reloj y cuanto más hablo de él, más lo amo, porque cada vez me siento más parecido a él. También yo estoy parado en un tiempo, también yo me siento clavado e inmóvil, también yo soy de alguna manera un adorno inútil en una pared vacía. Pero tengo también fugaces momentos en que, misteriosamente, llega mi hora. Durante esos tiempos, yo me siento vivo. Todo está claro y el mundo se transforma en maravilloso. Yo puedo crear, soñar, volar, decir y sentir más cosas en esos instantes que en todos los otros momentos. Estas conjunciones armónicas se dan y se repiten una y otra vez, como una secuencia inexorable. La primera vez que lo sentí, traté de aferrarme a ese instante creyendo que podría hacerlo durar para siempre. Pero no fue así. Como a mi amigo el reloj, también a mí se me escapa el tiempo de los otros. ... Pasados estos momentos, los otros relojes que anidan en otros hombres, continúan su giro y yo vuelvo a mi rutinaria muerte estática, a mi trabajo, a mis charlas de café, a mi aburrido andar que acostumbro a llamar vida. Pero yo sé que la vida es otra cosa. Yo sé que la vida, la vida de verdad es la suma de aquellos momentos que aunque fugaces, nos permiten percibir la sintonía con el universo. Casi todo el mundo, pobre, cree que vive. Sólo hay momentos de plenitud y aquellos que no lo sepan e insistan en querer vivir siempre, quedarán condenados al mundo del gris y repetitivo andar de la cotidianidad. Por esto te amo, viejo reloj, porque somos la misma cosa, tú y yo."

-G.Papini-

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Bofetadas del calendario


Algunos días mirar la fecha del calendario es hiriente. Acaba de empezar uno de esos días. Hoy es el "no-cumpleños" de MI HERMANA. Hoy de nuevo mi cabeza pone recuerdos a centrifugar y una vez más me pregunto compulsivamente, de una manera que roza ya lo irracional a estas alturas, por qué la vida no le dio la oportunidad de seguir cumpliendo instantes, días, sueños, años...

Ya no siento que está siempre conmigo y me resulta duro reconocerlo. Eso sí, nunca se va de mi pensamiento y de ese hueco especial del alma en el que se guarda lo intocable, lo sagrado...pero ya no está aquí a todas horas. Yo quisiera que estuviera, tal y como era, no tan sólo en forma de recuerdo. Quisiera tenerla aquí, con su dentadura perfecta, sus ojos de color verde pardo, su cara guapa, su ironía, su sentido de la justicia y su mala leche. Quisiera que hubiera conocido a mi "ricitos de oro", que me viera con esta panza tipo balón de baloncesto que tengo en estos momentos, que viera a la mujer en que se ha convertido su hija, que siguiera disfrutando de los helados de chocolate, que leyera en este blog que me encantaba tener una hermana mayor y que estaba orgullosa de ella...

Al principio me costaba conocer a gente nueva, me incomodaba. Temía que llegara la inoportuna y habitual pregunta: "¿tienes hermanos o eres hija única?" Si contestaba que no tenía hermanos me sentía rara, más bien mentirosa y absurda. Además tenía después que soportar los típicos comentarios relacionados con "ser hija única", pero era superior a mí y aún no podía decir la verdad sin desgarrarme por dentro y por fuera. Ahora puedo decirlo: "Tenía una hermana mayor pero se murió". El desgarro es sólo interior, más discreto, aunque confieso que bastante doloroso.
En realidad, si me olvido de los buenos modales , lo que mejor encaja con lo que siento cuando alguien me pregunta sería algo así:

" NO SOY HIJA ÚNICA NI LO HE SIDO NUNCA, ¿ OS ENTERÁIS? QUE NO HABLE DE MI FAMILIA NO IMPLICA QUE NO LA TENGA O NO LA HAYA TENIDO, JODER, QUE DE ALGÚN SITIO HE SALIDO. TENGO UNA HERMANA MAYOR, AUNQUE YA NO ESTÁ AQUÍ CONMIGO. Y NI SE OS OCURRA DECIR LO DURO QUE TIENE QUE SER Y QUE NO SOPORTARÍAIS ALGO ASÍ O QUE SOY MUY FUERTE O ESE TIPO DE GILIPOLLECES QUE SE DICEN CUANDO NO SE SABE QUE DECIR, PORQUE OS MANDO A LA MIERDA A TODOS".
Lo bueno de este blog es que tan sólo lo leen personas que no han necesitado nunca hacerme esa pregunta porque vivieron la respuesta en primera persona, o la sabían , o respetaron que fuera yo la que expresara el dolor con ayuda de la anestesia que da hacerlo voluntariamente. Gracias a todos/as.
Y los días, los meses, los años siguen matando calendarios. Y yo a veces, como hoy, me siento extraña ante algunos días, llevada a la tristeza por inercia, como quien mantiene dado el limpiaparabrisas aunque esté pasando por debajo de un túnel....

Pero siempre acaba el túnel.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Ideas, esperanzas, retos...


Mezcla de sueños, de propósitos, de motores imaginarios para seguir avanzando, para encontrar sentido, para seguir viviendo …

Antes de cumplir los 45 años me gustaría...:

- Cobrar un boleto acertante de la Primitiva que comparto con Peter Pan.
- Hacer una barbacoa para inaugurar nuestra nueva casa con jardín.
- Viajar a París y volver a Viena con ELLA y ELLITA a jugar con la hija de mi AMIGA.
- Ir a Copenhague a ver a mi otra AMIGA o a Chile.
- Celebrar los 40 con mis amigos/as y los hijos/as de mis amigos/as en una casa rural.
- Hacer nuestro viaje pendiente a México los dos solos.
- Educar a mis hijas con paciencia y ayudarlas a quererse.
- Respetar más NUESTRAS diferencias.
- Trabajar como orientadora.
- Atreverme a disfrazarme de Pipi Lastrum.
- Jugar un nostálgico partido de baloncesto con mi viejo equipo.
- Hacer un album digital con las fotos de nuestros viajes y nuestras andanzas cuando sólo éramos Él y YO .
- Volver a Salamanca con mis “amigas-mediohermanas-compañeras” de piso, sus respectivos y toda la prole.
- Recuperar los objetos personales de mi madre que están perdidos en tierra de nadie.
- Comprarme una bici ( y usarla!)
- Juntarme en la playa de mi pueblo con mis amigas de allí y las que compartían nuestros veranos.
- Escaparme un fin de semana de chicas solteras con mi sobrina.
- Seguir aprendiendo a cocinar cosas ricas y mantener en casa una dieta más equilibrada.
- Practicar Pilates con regularidad, patinar, volver a esquiar alguna vez…
- Mantener la buena costumbre de irme a comer el primer jueves de cada mes con el "hada de la sonrisa contagiosa" y la "pintora de buenas emociones".
- Ser más optimista y superar mis miedos enquistados, al menos los más irracionales.
- Subirme a un escenario ante una multitud, coger un micrófono y cantar una ranchera.
- Imprimir el blog y encuadernarlo.
- Seguir siendo capaz de soñar despierta, pase lo que pase.

lunes, 18 de octubre de 2010

Ya no borro. Ahora escribo.


Cuando he hecho limpieza en mi casa familiar he encontrado uno de mis tesoros de la infancia: mi colección de gomas de borrar. Algunas están bastante deterioradas, a pesar de que yo me ocupaba de cuidarlas con esmero, pero el paso de los años y tener una sobrina pequeña ha dejado huella sobre ellas. Hoy las he colocado todas sobre la mesa como cuando era pequeña; me encantaba contarlas una y otra vez y recordar dónde las había comprado, quién me las había regalado…. He vuelto a intentar oler su aroma original y aunque sólo queda un ligero “esbozo” a mí me ha parecido que olían tal y como cuando las recibí por primera vez. Mi hermana (¡qué guapa era!) me inició en esa afición al traerme las dos primeras piezas de la colección de Francia, un año que estuvo allí de intercambio. Me trajo una pasta de té y dos bombones de chocolate. Recuerdo el olor a vainilla y chocolate, ummmmmmmmm, parecían auténticas. Mi sobrina años después acabó mordiendo el bombón y aún está la huella de sus dientes de leche sobre él.

Anclarse en el pasado quizá sea estancarse, no avanzar, perder la perspectiva y la esperanza…pero creo que lo que yo he intentado durante años, que no ha sido otra cosa que querer borrar de golpe toda mi vida pasada, ha sido una huida inútil. Quizá en algunos momentos ha resultado práctico hacerlo y necesario para vivir MI VIDA, pero no podía ser definitivo. Tengo 37 años, no 4 ni 17. Soy todo lo que he vivido, lo que vivo y lo que espero vivir. No soy sólo lo que he elegido ser. Soy la hija de mi padre y de mi madre, la hermana de mi hermana, tía de mi sobrina… Soy la madre de mi hija (mis hijas) y la compañera vital de ÉL. Y siempre, a pesar de todo, he sido y soy YO. Cada instante cuenta, aunque haya momentos eternos en sí mismos y otros que se esfuman de un plumazo.

Vale, no usaré las gomas de borrar pero no voy a seguir coleccionándolas tampoco. Ahora preferiría almacenar bolígrafos o teclados de ordenador.
Ya no borro el pasado, ahora escribo el futuro.

domingo, 17 de octubre de 2010

"Me veo como mi madre en los setenta"

http://www.elpais.com/articulo/espana/veo/madre/setenta/elpepuesp/20101009elpepinac_16/Tes

Interesante artículo. La vida misma.

Mi declive en el trabajo comenzó con la reducción de jornada que pedí para cuidar de ELLA. Ya no era la chica para todo. Ya era una madre que tenía obligaciones mucho más importantes que el "siwananismo" laboral. Y ahora que lo veo con perspectiva ¡qué bueno que haya sido así!
ELLA se merece mi tiempo y mi energía. Ellos no. El miércoles mi dolor de espalda y mi nivel de estrés permitido estando embarazada llegó al límite y fui al médico.
Estoy de baja. Sólo lo siento por algunos usuarios porque en el fondo creo que ellos sí se benefician de mi trabajo y lo valoran, pero está todo ya tan nublado y feo allí que me cuesta discriminar en ese ambiente lo importante de lo insustancial.
Por lo demás, estoy tranquila, serena, feliz. Estoy con ELLA, con ELLITA, con ÉL y CONMIGO . Me necesitan bien. Y yo también me necesito.

jueves, 14 de octubre de 2010

Una llamada ¿perdida?


Creo que es bastante conocida mi fobia al teléfono. No exagero si hablo de una fobia porque he tenido (y me temo que sigo teniendo) todos los síntomas: http://www.fobias.net/Telefonofobia.html

He mejorado notablemente, ahora ya hasta me atrevo a descolgar (bueno, ya no se descuelga, se da a un botoncito) pero en alguna época que prefiero no recordar no era capaz siquiera de realizar ese gesto, me quedaba paralizada cuando sonaba . Confieso que sigue sin gustarme que suene, me pone nerviosa , siento algo parecido al miedo. Mi primera reacción siempre es desagradable, independientemente de quién me llame y a pesar de haberme puesto ahora como tono de llamada una canción de Amelie que me encanta. Yo quiero motivarme de alguna manera y sé que sólo enfrentándome lo “superaré” pero... (Agradezco vuestra paciencia).

Sin embargo, a veces, no sé muy bien por qué, la magia existe y entonces me noto habladora, animada, sin ganas persistentes de que se acabe la conversación. Eso me pasó anoche. El azar, que según Serrat es caprichoso, quiso que “sin querer” mi teléfono táctil, que tiene vida propia, llamara a mi AMIGA la CHURRUPITA y le dejara una llamada perdida que ella amablemente recogió y devolvió.
Ahora que lo pienso mejor…¿ perdida? Noooo, perdida no estaba esa llamada, sabía premeditadamente lo que hacía y lo importante que era la destinaria. Sabía que en realidad yo quería saber cómo estaba, que pienso en ella a menudo, que ha sido clave en momentos clave, que echo de menos tenerla más cerca, formar parte de su cotidianidad, llamarle pija, bromear con su achuchable maridito…y reírme con ella. Con pocas personas me río tanto y tan desde dentro. Algo bonito me tenía que reservar mi etapa gallega.

Gracias por encontrar siempre mi llamada.

jueves, 7 de octubre de 2010

¿La amabilidad se caduca?


Hoy hemos tenido la segunda ecografía en la Seguridad Social. El listón estaba muy alto tras el espectáculo visual y emocional que tuvimos hace un par de semanas en la consulta privada.
Una hora y media esperando en la saturada sala. Cuando al fin pasamos dentro, primero llegan dos jovencitas; la menos pipiolilla llevaba la voz cantante, la otra tenía una cara tan aniñada que parecía que acababa de terminar Secundaria.
“¿Qué tal estás? ¿Qué tal el embarazo? ¿Qué tal la amniocentesis? ¿Sabéis lo que es? ¿Es la primera?”, acompañada de sonrisa constante, tono amable y comentarios acerca de lo que veía en la pantalla: “¡Qué saltarina, no para, menudo terremoto!” Yo ya sabía que se estaba moviendo, acababa de decírselo a Él porque en cuanto me he tumbado me ha empezado a dar patadas.
De repente se abre la puerta y llega otra con pinta de más experiencia y cara de seta. Sí, cara de seta, no encuentro otra forma de describirla, la verdad. Ni un esbozo de sonrisa durante toda la exploración. Eso sí, ha comentado escuetamente lo fundamental, lo que en realidad queríamos oír por encima de amabilidades y carantoñas varias: “Está todo bien”. (Vale, guapa, entonces te perdonamos el careto). Al acabar nos ha dejado verLA durante 5 ó 6 segundos (quizá menos) y nos ha dado una única foto, que deben andar mal de tinta. La crisis.
¿Por qué la amabilidad en el trabajo se extingue con los años? ¿Estamos ya muy hartos?

Esperando el informe me he encontrado con un niño que tuve en atención temprana y con su mamá, de la que no guardo precisamente un buen recuerdo (al contrario de la mayoría de madres con las que he trabajado). Me ha parecido un encuentro inoportuno, no era momento para enfrentarme de lleno a la discapacidad de un hijo y, por lo que me ha dicho ÉL (y porque además soy consciente de que no sé disimular mis emociones, aunque me dé rabia reconocerlo), no me he mostrado con la cercanía que me caracteriza cuando nos encontramos otras veces con algún usuario. Al despedirnos, la madre probablemente habrá pensado: “¿Por qué se le ha caducado la amabilidad con el paso de los años?”

Y no sabría qué responder. Sólo sé que llevo unos días triste en el trabajo, saturada, harta de mi jefa, cansada de todo y de todos (incluidos los usuarios) y necesito irme antes de que, definitivamente, pierda la sonrisa para siempre...

....pero yo en el fondo sé que se puede conservar la sonrisa y me niego a jubilar anticipadamente mi amabilidad en el trabajo. Necesito otras piezas del puzzle. Seguiré buscando algo bonito.

jueves, 30 de septiembre de 2010

Período de adaptación


Hemos estado hasta hoy con el famoso "período de adaptación" escolar de ELLA. Ha sido bastante ridículo llevar los primeros días 45 minutos al cole a una niña que está acostumbrada a estar sin sus papis desde las 9:15 hasta las 16:30. ¿Será psicólogo/a el que tuvo esta genial idea? ¿Ha escuchado hablar de la tan manida frase "conciliación de la vida familiar y laboral"?

Mañana empiezo a trabajar tras las mini-vacaciones. Quizá mi jefa entienda que yo también necesito un período de adaptación. He pensado llevarle una propuesta por escrito, que la conozco y le gusta que quede constancia formal de todo. Mi planning es el siguiente:

- Día 1: Me aproximo a la puerta, veo a mis compañeros/as entrar, los saludo y me despido.

- Día 2: Entro al hall y pregunto si hay algo en el cajetín para mí. Voy acompañada de alguien importante que me transmita seguridad. No espero que me enseñen el contenido del cajetín y me voy.

- Día 3: Ya puedo entrar sola y acercarme con la tarjeta a fichar, entrar en el despacho, subir las persianas y encender el ordenador. Ese día puedo llevarme algún objeto personal: un cojín, la mantita de echar la siesta, etc. Tendré que permanecer al menos una hora seguida dentro y no estaré obligada a coger el teléfono si suena.

- Día 4: LLegó la hora de enfrentarse, de aprender a asumir retos imposibles: tendré que ponerme el uniforme y meterme la camiseta de la talla mediana sin que se me vea el ombligo salido ya para fuera que tengo.

- Día 5: ..................

No puedo seguir, no me veo capaz de pasar del día 4...

En realidad, todo esto ocurrirá en el minuto 4 :-(

Intentaré recordar de nuevo diez cosas positivas y coger mucho aire para aguantar el tirón.

Anoche ocurrió una cosa muy buena: ELLITA saludó por primera vez a su atento papá, que ni debía respirar para concentrarse en lo que sentía en la palma de la mano que tenía sobre mi panza. Le dijo algo así: POM....POM. Quizá es su forma de decir: "HOLA PAPÁ".
Y esta noche acaba de pasar otra cosa buena, aunque no terminamos de creérnoslo del todo: ELLA ha tirado su chupete a la basura y hemos hecho una foto de la hazaña para que Papá Noel y los Reyes Magos puedan confirmar que no les va a mentir en la carta cuando les diga que este año se ha vuelto mayor... ¿Superará este trance sin "período de adaptación"?


martes, 28 de septiembre de 2010

Yuhuuuuuuuuu!

Hoy , que cumplimos la semana 19 de embarazo, me han llamado del departamento de Genética para confirmarme algo que mi interior ya sabía: los resultados de la amniocentesis han sido normales. A diferencia de otras ocasiones, en las que se me acelera el corazón antes de que alguien acabe una frase, porque anticipo en milésimas de segundo varios posibles finales (casi siempre negativos, claro), esta vez he permanecido serena. Me he sorprendido pensando en positivo desde que me hice la prueba hasta hoy. Sólo esperaba la llamada de confirmación. Elsa Punset (*) va a tener razón; es importante entrenarse en la búsqueda de lo positivo para producir un efecto imán que atrape lo bueno. Esta noche intentaré, antes de dormirme, hacer el ejercicio de pensar en al menos diez cosas positivas que me hayan pasado hoy. Una de las más importantes acabo de compartirla. Y otra acabo de sentirla mientras escribo estas letras: ELLITA sigue haciéndose notar, ya no son leves latidos, ya son minipatadas. Y me encanta!

(*) http://www.youtube.com/watch?v=xj4PfUH51KY

lunes, 27 de septiembre de 2010

El milagro de la vida en 4D



La semana pasada fuimos a ver una de las películas que más nos ha impactado en nuestra vida. No sabría qué título ponerle. No tengo palabras. Ya lo canta Presuntos Implicados en una canción que me regaló hace tiempo una AMIGA y me encanta: NO HAY PALABRAS.

"[...] Pobres palabras que no serán más que copias de un cuadro, no el original; sólo en ese silencio que se adivina en la voz sonarán las palabras de la emoción [...]"

La consulta privada con un ginecólogo bastante conocido de esta zona me hizo pensar en lo bueno que debe de ser tener dinero de sobra, no como yo cuando digo mi famosa frase: "Estoy forrada" (forrada de ilusiones debe ser). Ahora hablo del tema puramente material , cuestión de euros; pagar para que te traten de manera amable, sin aparente prisa, con decoración perfecta, música ambiental, pantalla gigante... Definitivamente mi MADRE tenía razón cuando me decía que yo había nacido para princesa (¿quién no?)

Volvimos a escuchar palabras llenas de tranquilidad. Todo está como tiene que estar, ni más ni menos. Sigue creciendo a buen ritmo y con normalidad. De nuevo no paraba de moverse; cruzaba las piernas, levantaba los brazos, abría la boca... Nos enseñó su cara, su nariz chata (a mí no puede parecerse entonces), su fémur, su garganta, sus pies, sus manos... Su corazón palpitando. Fue muy emotivo. En un descuido de su pudor también nos enseñó sus genitales y nos confirmó lo que ya nos habían anticipado en la ecografía anterior.

A partir de ahora ELLO ya no será más ELLO. Ahora ELLO ya es ELLITA. Síiiiiiii, ELLA va a tener una hermanita. Si lo sé llevo una toalla para secar la baba de ÉL. Y a mí me encanta pensar en mis dos HIJAS.

ELLA dibuja especialmente bien. Ya me atrevo a soñar con su nuevo dibujo familiar :
"Este es papá, esta es mamá, esta es mi hermana pequeña y esta soy yo".

martes, 21 de septiembre de 2010

Lo bonito de mi infancia

Bañarme en la bañera de casa con mi hermana.
Apoyar mi cabeza en el hombro de mi padre mientras veíamos “El Hombre y la Tierra”.
Ir con mi abuelo a tomar mostos.
Las vacaciones todos juntos en algún camping o en el Sur.
El olor a virutas de madera del taller de mi padre.
Mi bandurria.
La finca de mis abuelos paternos, sus perros, sus faisanes, sus caballos, su loro…
Mi primer día en la nieve con mis padres y mi hermana.
Mi perro Tristán.
Los relatos de mi abuela materna sobre cómo había sido su infancia.
Celebrar el cumpleaños en casa.
La frase diaria de mi madre cuando me echaba a la cama: “A dormir para mañana estaaaaaaaaaaaarrrrrrrrr…” y yo contestaba ¡…alegreeeeeeee!!
Las barriguitas.
Las nubes de algodón y las manzanas de caramelo.
Acompañar a mi abuela a la compra y atiborrarme de galletas de chocolate.
El armario en miniatura que me hizo mi padre para guardar la ropa de mis muñecos.
Adornar juntos el árbol de Navidad.
La mañana del día de Reyes abriendo regalos.
Mi "mocosete" del alma.
Las cebolletas gigantes.
Ir a comer sardinas en verano.
Jugar en el recreo del colegio imitando a Rafaela Carrá.
Calarme jugando con globos llenos de agua.
El nacimiento de mi sobrina.
Las “payasadas” de mi madre y sus cariños.
Los partidos de baloncesto.
Los campamentos de verano.
Las cartas en el buzón.
La casera y las mirindas.

Poder dibujar a mi familia:
"Este es papá, esta es mamá, esta es mi hermana mayor y esta soy yo".

jueves, 9 de septiembre de 2010

Sin el consentimiento del alma

Estoy volviendo a leer un libro que me regaló mi amiga la logopeda, “Con el consentimiento del cuerpo”: “[...]Una madre le explica a su hija embarazada el juego de fuerzas que cobran vida en ella, y le propone catorce movimientos de suma precisión que prepararán su cuerpo para el nacimiento. Fundados en rigurosos datos anatómicos y fisiológicos, estos movimientos despiertan en ella la afición por las sensaciones sutiles y por habitar su cuerpo en todos sus rincones, su ternura, respeto hacia sí misma y hacia su hijo por nacer [...]”

Hace años que no leo un libro por placer, me refiero a uno que no esté relacionado con educación o discapacidad y justo voy a leer uno que ya he leido. Pero ahora mismo tengo muchos interrogantes y necesito respuestas. Lo que más me gusta de este libro, más allá del tema corporal y del análisis tan profundo que hace de los cambios fisiológicos, es la reflexión sobre las implicaciones emocionales del embarazo.

El otro día contaba que me sorprendo pensando intensamente en mi madre y hoy leyendo me encuentro esto: “Dar nacimiento a un niño es hacerse madre, pero es también volver a ser la hija de su madre. Todas las mujeres dan a luz pensando en sus madres. A veces es un motor, otras una traba”.

Ayer, sin pleno consentimiento de nuestro alma, invadimos el espacio vital del nuevo ser. No fue dolor físico el que sentí cuando la aguja penetró en el abdomen, sentí dolor de otro tipo, mucho más intenso y que sólo el tiempo mitiga. Detesto que me invadan mi espacio personal y ELLO no ha nacido y ya hemos urgado en la burbuja existencial que le envuelve. Me lo voy a perdonar porque no me puedo pasar la vida culpabilizándome por todo y creo que merezco algún que otro respiro. No tengo miedo al resultado, curiosamente en mí, que tengo miedo hasta de mi sombra. Lo único que temía era que algo no funcionara bien. Han pasado 24 horas, sigo haciendo reposo (escribo desde la cama) y pienso que el peligro prácticamente ha pasado.

Pudimos ver lo que ha crecido en tres semanas, es increíble. De nuevo todos los datos normales, una vez más tuvimos suerte con el ecógrafo (morenazo con acento extranjero) y la exploración resultó agradable. Nos anticipó con nuestro permiso el posible sexo del bebé y es.....nada más y nada menos que......Bueno, mejor lo cuento cuando estemos más seguros :-)

Dijo que era un bebé muy revoltoso/a porque no paraba de moverse. Le dije que he empezado a notarlo. Llevo varios días notando muy de vez en cuando leves cosquillas o algo parecido al latido de un corazón. Me dijo que era imposible en la semana 16 (me pareció un pelín radical el comentario), que hasta la semana 20 no se nota y que será otra cosa. Yo reafirmé que lo noto, no me puse a dudar, no me impresionó su bata ni su dilatada experiencia, ni la cantidad de manuales que habrá leido. Os aseguro que tengo plena seguridad de que son sus mensajes. He revisado mi diario del anterior embarazo; empecé a sentirla en la semana 17 y su papá lo notó ya en la 19. Si mis bebés son precoces haciéndose notar y mi útero amable que me permite sentirlos esa suerte que tengo. ¡Y qué sabrá él que nunca ha tenido un bebé dentro! :-)

“El vientre de las mujeres es un planeta que rehace indefinidamente el mundo en el secreto de su océano en miniatura”.

Perdona, cosa pequeñita, por haber navegado durante unos instantes sin tu permiso en el mar que te acuna a diario.
Hubiera preferido enviarte este mensaje en una botella: “Ya te quiero”.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Tesoros cotidianos


Imagino que será un poco difícil de entender para alguien que no ha sentido nunca pánico antes de abrir la puerta de su casa...

No me ocurre siempre pero sí bastante a menudo; subo las escaleras, preparo las llaves para abrir la puerta de casa y entonces me viene sin buscarlo el desagradable recuerdo de lo inquietante que era ese momento cuando vivía en mi casa familiar. Cualquier cosa era posible salvo encontrar tranquilidad.

Primero fue la imagen de mi padre en la cama durante meses. Diagnóstico: depresión mayor. Pronóstico: reservado. Medicado, despeinado, con barba, desconocido, con su mirada azul perdida.. ¿Dónde estaba mi PADRE? ¿Qué fue de aquel señor elegante, inteligente, trabajador, estricto, perfeccionista al que tanto me parecía físicamente y al que tanto admiraba? (¿me seguiré pareciendo?)¿Por qué dejó de ser mi príncipe para siempre?

Más adelante, ya SOLAS, muchas veces el problema era económico y yo no me atrevía a decir, por ejemplo, que tenían que comprarme una calculadora científica para el instituto o unas pinturas de cera para el cole porque sabía que eso podía desencadenar un huracán; ensayaba una y otra vez cómo decirlo sin que me chillaran pero cualquier intento era en vano. Los gritos desesperados formaban parte de la cotidianidad. Otras veces el problema era una discusión tremenda con mi abuela, mi hermana, con quien pillara, el tema acababa siempre con voces desorbitadas y a mí me daba vergüenza después cruzarme por el portal con los vecinos. Alguna vez tenía que correr por el largo pasillo hasta mi habitación y echar el cerrojo (aún me pregunto por qué había cerrojos en todas las habitaciones de mi casa) para protegerme porque algo me iba a salpicar a mí. Las peores veces, las más duras que recuerdo con diferencia, tras el umbral de la puerta me esperaban noticias terribles: enfermedades graves, ingresos hospitalarios, fallecimientos repentinos...

Quizá lo estoy exagerando todo y hasta noto cierto tono victimista en lo que escribo. Ya se sabe que hay que descontarme el porcentaje de exageración innata que tengo, pero prometo que me cuesta recordar lo bueno. Al menos hoy, que ando sensible y un poco embarazada. Si otro día hago memoria de “lo bonito de mi infancia”, que lo habrá, lo compartiré, que ese era en realidad el sentido de este blog...

El caso es que por muchos años que pasen sigo valorando como auténticos tesoros determinados momentos de mi día a día actual; ducharme con tranquilidad por la mañana sin temer salir de la ducha...; ir a buscar a ELLA después de trabajar y esperar su abrazo y su sonrisa cuando ve que su mamá ha llegado; meter la llave en la cerradura de la puerta con total tranquilidad sabiendo que sólo me espera silencio dentro; escuchar que ÉL llega a comer y cómo va a saludar y a comer a besos a su niña; echarnos una siesta descomunal sin que nada nos interrumpa; salir a pasear por el pueblo o ir a los columpios o a la playa a ver la puesta de sol; bañarla y echarle crema que huele muy bien; cenar; ver un poquito la tele; contar un cuento inventado cada día; irnos a dormir en paz.
Ayer , antes de irnos a la cama, sentí que estallaba una especie de pomba de jabón dentro de mí. No sé si ELLO me enviaba su primer mensaje. Estaré atenta.

Me encanta compartir el silencio y llenarme de nada, que ya es bastante.

"Donde una puerta se cierra, otra se abre".

jueves, 26 de agosto de 2010

Amor de madre


Llevo unos días pensando en mi madre. Pocas veces he escrito nada sobre ella, ni siquiera en mis apuntes más personales....Creo que me resulta demasiado doloroso hacerlo. Quizá todavía tengo lágrimas por brotar, pero me pregunto si esto no va a tener nunca fin...

En mi primer embarazo también me ocurrió; la imaginaba embarazada de mi hermana, depositando en su panza ilusiones diarias, proyectando los mejores deseos para quien llevaba en sus entrañas... Después, en el segundo embarazo, ya con una hija de seis años, la imagino más serena, sin emociones tan intensas como la primera vez, pero también feliz por su maternidad. Así estoy yo al menos.

Mientras crecía en el útero de mi madre mis padres vivían en Francia, pero quisieron que naciera en su país y volvieron a su tierra para el parto. Se puede decir oficialmente que soy un bebé que llegó de París, en el pico de una cigüeña, como en los cuentos infantiles.

Recuerdo la ilusión con la que me contaba que mi hermana, cuando le dijeron que yo ya había nacido, se marchó corriendo de la casa de nuestros abuelos, aún con el pijama ¡y descalza! y se presentó en el hospital para conocerme...En los pueblos los niños podían correr libremente por las calles sin peligro.

Espero que a ELLA le haga tanta ilusión la llegada de su hermanito/a. Al menos ahora ya ha asumido que yo también voy a ser mamá del bebé, no sólo suya, que se puede ser mamá de varias personitas a la vez y que el amor de una madre no se gasta cuando se comparte, al revés, se multiplica.

Gracias por habernos traído a las dos a la vida. A pesar de todo.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Peter Pan


Una noche, por casualidad, llegué al "País de Nunca Jamás" y tuve la suerte de conocer a Peter Pan. Poco a poco, a través de palabras invisibles que viajaban por el aire, comprendí que era mucho más que un eterno niño. Era un adulto que había aprendido a crecer conservando la curiosidad, la ilusión y la bondad infantil.

Compartió durante años sus refugios conmigo, me regaló notas musicales y luciérnagas para que no tropezara en la oscuridad, me ayudó a recuperar mi corazón de duende y a rescatar parte de mi infancia perdida...Caminamos juntos durante muchas LUNAS seguidas y paseamos junto al MAR y la ARENA.

Seguimos compartiendo sueños, ahora algo más despiertos. Tenemos pendiente una cita en Covent Garden cuando el azar vuelva a soplar a nuestro favor. Siempre lo hace, sólo necesitamos mantener la esperanza y la ayuda recíproca.

Gracias, Peter Pan. Formas parte de lo importante de mi vida.

lunes, 16 de agosto de 2010

Primera ecografía


Hoy nos han presentado oficialmente a ELLO. Aún no sabemos si es niño o niña, pero sabemos lo esencial: su corazón sigue latiendo (lo hemos visto y oído), sus piernas y brazos se mueven, mide 67 mm desde la cabeza hasta las nalgas, tiene estómago, vejiga...

Yo también tengo vejiga. Estaba tan nerviosa durante la espera (casi dos horas en la sala esperando a que nos llamaran) que he debido ir al baño unas seis veces (no estoy exagerando). A mi estado de ansiedad se le ha sumado haber visto a dos madres que salían llorando de las consultas y no parecía que fuera de emoción de la buena. Da especialmente pena ver llorar a una embarazada, a mí me lo parece.

La ecógrafa tenía cara amable. Nos ha hecho sentir cómodos. Ha tenido que golpearme varias veces el útero porque ELLO estaba dormido/a y quería que se moviera un poco para medirle mejor. Justo me golpeaba en un punto del abdomen que me ha dolido algunos días y que aún me duele un poquito si me toco. Me he imaginado que no es casual; estará ejerciendo el/la "bichuco" algún tipo de presión ahí. La matrona no le dio importancia y estoy tranquila porque pienso que es algo normal.Yo intentaba ver lo que ocurría en la pantalla pero no veía nada y miraba la cara de la doctora para ver si su expresión podía decirme algo. Como me estaba poniendo nerviosa he acabado cerrando los ojos en algún momento para tranquilizarme, porque tengo una cabeza que es una auténtica batidora mental y cada segundo de incertidumbre se convierte en una tortura para mí. Al fin me ha mirado sonriente y ha dicho: "la exploración es normal". Ha girado la pantalla y he notado que se me llenaban los ojos y se me escapaba alguna tímida lágrima pequeñaja. Tenía acumulada demasiada tensión.

Después ELLO se ha despertado, quería saludar a sus papis. Ha empezado a hacer movimientos con la cabeza, las piernas...; nos ha enseñado su corazón, el estómago... Ha sido bonito. Me encanta que ÉL esté conmigo en esos momentos. Sólo ÉL puede sentir lo que siento yo. O algo parecido...



viernes, 13 de agosto de 2010

Corazones solapados

Anteayer fue el primer gran día. Confío en que nos esperen muchos de ésos... Fuimos los tres a la tan esperada consulta con la matrona. Me encantó ir tan bien acompañada. La matrona transmite una calma infinita. Se merece el pseudónimo de "Serena".
ELLA hablaba en voz bajita y tímida, respetando el silencio y la tranquilidad de la consulta. Me sentí orgullosa del comportamiento de mi niña.
Llegó el momento de intentar escuchar el latido del corazón del bebé. Tardó varios minutos-que a mí me parecieron horas- en localizarlo. Al principio se escuchaba mi corazón, que iba a más de 100 pulsaciones por minuto. Ricitos de oro se me acercó despacito, mirando curiosa el ultrasonido. Le di la mano y al cabo de un ratín de concentración conjunta, la matrona me miró con ojos brillantes: "Ahí está". Pom, pom, pom, pom, pom....a mucha velocidad. Tiene prisa por vivir, es normal. Me dijo: "Se escuchan ahora los dos corazones solapados, el tuyo y el suyo..." Demasiado emotivo para una sensible como yo. Es difícil expresar con palabras lo que se siente en un momento así.
En realidad tuve la sensación de escuchar al unísono cuatro corazones: ÉL, ELLA, YO, LA NUEVA VIDA.
Me gusta mi familia.

domingo, 8 de agosto de 2010

Limpieza del baúl de los recuerdos

Al principio no sabía por dónde empezar. He estado “limpiando” el piso de mis padres. El espacio en el que transcurrió mi infancia y adolescencia. Tenía tanto que tirar que me bloqueaba. Luego he ido cogiendo ritmo y he sido incluso capaz de tirar al contenedor de papel todas las cartas que guardaba de mi padre, mi madre, mi hermana,…No he dejado ni rastro. Antes de tirarlas confieso que releí algunas en una especie de desesperado intento de acaparar el pasado, de mantener vivo lo que ya no está. En algún momento incluso sonreí leyendo algunas cosas, como estas letras que escribía mi madre a mi hermana, hablándole de mí: “Ya sabes cómo es tu hermana. Está muy rebelde y contestona. Siempre quiere ser la primera en todo. No se te ocurra decirle nada de esto que te digo que ya sabes cómo se pone”. O las palabras que me dedicaba mi hermana en una carta que me escribía cuando estaba yo estudiando la carrera: “Sigue sacando esas notas. Estoy muy orgullosa de ti”.
No sólo he encontrado palabras bonitas o tiernas. He encontrado sentencias de divorcio, denuncias de malos tratos, titulares de periódicos con sucesos de los que mi familia era protagonista: “Asesinado por ETA un policía nacional de 36 años”. “Muere atropellado en las vías de un tren..”. Puff! Yo no tengo titular de periódico y me alegro. ¿Me habré librado de la maldición? Creo que sí. Si algún día mi hija (mis hijos), tiene que ordenar nuestras pertenencias, espero que se encuentre con una recopilación de cosas normales: pendrives llenos de fotos digitales familiares, recortes de periódico con artículos escritos por su padre, cartas de amor que sus padres se escribían cuando vivían lejos, un blog en el que su madre iba narrando cómo transcurrían sus emociones y los buenos sentimientos que le arrancaban las personas a las que quería, cuadros pintados por amigas de su madre, la recopilación de CDs de Manolo García de su padre, cuatro pares de pendientes de madera, un colgante hippie, velas, plantas….Y un único titular: “Mis padres trataron de hacer una vida normal. Una vida bonita”

miércoles, 4 de agosto de 2010

No se me va a olvidar

Quiero compartir las palabras que me ha dedicado otra AMIGA. Y las comparto para darles aún más fuerza, para interiorizarlas, para no dudar ni un sólo momento que las merezco y para que todos conozcáis un poco más de cerca lo bonito que siente y expresa esta pequeña/gran logopeda con la que compartí mucho más que trabajo. Cuando nos conocimos decidimos hermanarnos eternamente y aquí seguimos. Este fin de semana viene a casa. A su casa. A vuestra casa.

[...] "que no se te olvide que lo bonito de tu vida eres TÚ, que has transformado el dolor en vida, en amor, y lo has hecho extensible y real, dando una nueva vida, ELLA (tu gusanico)...y vida a lo que te rodea... y los que te rodean [...]".

No se me olvida, "guminola". Mientras haya personas como TÚ, no se me va a olvidar. Prometido.

martes, 3 de agosto de 2010

Tambaleo de autoestima

Al fin he traducido el lío de puntuaciones que aparecía en el baremo de las oposiciones. Tengo que confesar algo públicamente: Soy una fantasma. A mi super nota hay que restarle dos puntos. Por lo visto, la Consejería concede dos puntos a quien aprueba, así que en realidad he sacado un 6.743, algo que se ajusta más a las expectativas que yo tenía. Sigue siendo un buen resultado pero lo otro (mi pedazo 8.743) es que era muy fuerte. He tenido durante varios días la autoestima disparada. ¡Qué bueno es a veces vivir en la ignorancia!, ¿verdad? No acababa de creerme el resultado pero como estoy harta de escuchar que tiendo a infravalorar lo que hago finalmente me convencí de que era una auténtica máquina y lo había hecho mucho mejor de lo que creía. En estos momentos mi autoestima está más ajustada, se encuentra en su nivel habitual.
He asociado esta anécdota con algo que muchas veces me viene a la memoria. En un momento crucial de mi vida una vez más dudé de mis posibilidades ¡¡y me da una rabia!! Estaba yo intentando parirLA (¡cómo suena eso!), entre empujón y empujón y el matrón, con aquella voz serena y su rostro tranquilo me dijo: “Venga, sigue, que lo estás haciendo muy bien”. Y entonces a mí, en esa pedazo de situación, no se me ocurre otra cosa que dudar y preguntar: “¿Pero de verdad que lo hago bien?” Ahora me río, aunque a veces lo recuerdo con tristeza. ¿Por qué tengo que dudar siempre tanto?
Mi última batidora mental está relacionada con la decisión de hacerme o no la amniocentesis. ¿Y si asumo un riesgo innecesario? ¿Y si dañan al bebé? ¿Y si el resultado es positivo? ¿Y si tengo que tomar la decisión más dura de mi vida....?

Como diría mi AMIGA la madrileña: “¿Y si se acaba el mundo?”
¡¡Ya está bien de dudar!! La duda es necesaria pero cuando es excesiva paraliza, se convierte en el antídoto ideal para el avance. Vaaaaaaale, ¡¡¡a seguir con lo bonito!!
Hoy cumplimos 11 semanas. Ya queda menos para superar el temido primer trimestre. Yuhuuuuuuuu!!

sábado, 31 de julio de 2010

Mezcla de emociones

Ayer fue un día de gran contraste emocional. Después de pasarme la noche soñando que al día siguiente no me iban a decir la nota de las oposiciones porque "no tenía la firma de autorización de mis padres" (qué surrealistas son los sueños!), la nota al fin llegó, en forma de lío de números que no hay quien entienda porque mezclan un montón de historias, pero pude traducir que había sacado exactamente un 8.743. Tengo que poner los decimales porque sigo impresionada. No sé si me acabará sirviendo de algo práctico, si me llamarán para hacer alguna sustitución... Me espera un año de incertidumbre, mezclada con el embarazo. Ay!, muchas cosillas. Lo que tengo claro es que ha sido un chute de optimismo que necesitaba. Ahora me veo más capaz de poder irme de mi trabajo, aunque sea a medio plazo. En su día formó parte de "lo bonito de mi vida", pero puede llegar a convertirse en una "dulce condena". En este trabajo he aprendido a valorar los pequeños avances , lo importante que es tener autonomía, la suerte que tenemos los que podemos andar, conducir, escribir, hablar, gritar... pero también he vivido demasiado de cerca el sabor de la amargura, la impotencia, la falta de comunicación, la lucha por el poder, los abusos laborales, la tiranía jerárquica, el seguimiento absurdo de instrucciones absurdas, la traición de la amistad... Y me quiero ir. Me quiero ir antes de que deje de ser una opción libre. No quiero verme en un callejón sin salida.
Bueno, que me lío, la emoción positiva fue la buena nota, la recompensa de este año agónico de estudio... La emoción negativa llegó en cuanto fui a recogerLA a la jugueteca. Vino corriendo a darme un abrazo. La carrera precipitó todo. En cuanto la sentí cerca vi que casi no podía respirar, me asusté. Era diferente a un simple catarro, estaba fatigada, no le llegaba aire y sonaba muy feo. La cogí en brazos y no fui capaz de preguntar a las monitoras cómo había pasado la mañana. Me dijo que estaba cansada y se quería tumbar. La subí al coche, no paraba de toser, tos metálica y respiración costosa. Iba llorando, diciéndome entre tos y tos: "estoy maliiiiiiita". Fui directa a urgencias. Diagnóstico: crisis asmática. Tres mascarillas. Un jarabe. Dos horas y media esperando que subiera la saturación de oxígeno pero se resistía. Finalmente mejoró.

Y por la noche, me noté tan cansada, que no encontré ni un ratito para llorar. Todavía no lo he encontrado y eso que ha pasado un día más, pero noto que me apetece. Me hace llorar que "lo más bonito de mi vida" lo pase mal.
Hoy la he visto feliz y hoy he recordado de nuevo mi nota. Tengo pendiente una llorera y una celebración.

viernes, 30 de julio de 2010

Casita nueva


Llevamos más de un año viviendo en lo que ELLA llamaba la “casita nueva”, ahora ya la llama “mi casa”. La decisión de trasladarnos no fue sencilla. Era un cambio bastante drástico de estilo de vida; pasar del centro de la ciudad, de tenerlo todo a mano (menos el ascensor!)... a la tranquilidad de un pueblo al que no nos unía nada especial, depender a diario del coche, etc.
Pues bien, todo lo que nos ha pasado desde que hemos llegado ha sido positivo. Ella se ha hecho buenos amigos en el cole, en el que ha estado encantada. Nosotros nos hemos hecho amigos de los papis de sus amigos, de los vecinos...Tenemos espacio, columpios, tranquilidad, naturaleza a reventar, mar, verde, vacas, pinos, caballos, puestas de sol....Creo que somos felices aquí.

Sin duda, algunas decisiones cambian radicalmente el rumbo de la vida. Probablemente- casi seguro- si no estuviéramos aquí, no nos habríamos animado a volver a generar vida...¡¡ Vida!! ¡¡una nueva vida!!

Las náuseas han ido desapareciendo, salvo alguna despistada que aún queda por ahí, y junto a ellas también se han despedido los vómitos. Me encuentro muy cansada pero bien de ánimo. Dice mi AMIGA- la del otro día, con la que choqué panza contra panza- que estar embarazada es lo más parecido a correr diariamente un maratón (mi amigo el asturiano sabe de eso).

Cuento los días para que me hagan la primera ecografía. Necesito ver latir el corazón y que me digan que todo va bien.


viernes, 23 de julio de 2010

Reencuentro

Mañana voy a ver a mi gran AMIGA, la que vive en Viena. Sí, la misma que vivía en Kosovo, Caracas, Hamburgo, Edimburgo... Esa amiga viajera que siempre me ha acompañado, desde la infancia, estuviera donde estuviera.
La quiero. Estoy nerviosa. Aún no sabe que estoy embarazada y es raro en mí que me haya podido callar durante este tiempo pero se debe a que ella también lo está, es su primer embarazo, y la bruja de ella esperó los tres meses reglamentarios para darme la noticia. En realidad, es como si yo no quisiera robarle ni un cachito de protagonismo a su estado...No sé muy bien cómo explicarlo.
Eso sí, me muero de ganas de verla, de fundirnos en un cariñoso abrazo, panza con panza...Sin duda, forma parte de lo bonito de mi vida. Aunque suene demasiado práctico decirlo siempre he pensado que es “cómoda” su amistad. Me encanta estar con ella, no tiene doblez, es sencillo acompañarla. Tiene una mezcla de serenidad, locura, originalidad, inocencia y madurez que le hacen única y muy especial.
Ayyy!, a ver si esta tarde me da tiempo a comprarle algún regalillo. Ella es siempre tan detallista. Y lo mío no tiene nombre, me quedo casi siempre en la intención, brrrrrrrr.

jueves, 22 de julio de 2010

Una nueva aventura

Siempre me ha gustado escribir. En realidad, no sé si me ha gustado o si ha sido una imperiosa necesidad. Durante años no me ha quedado otro remedio que plasmar mis emociones en papeles desordenados para no sentirme sola, o quizá para mantener la cordura. Imagino que todos/as nos sentimos solos/as alguna vez. En mi caso ha sido una constante desde muy pequeñita. Nadie compartía plenamente mi mundo irreal; ese planeta imaginario en el que me sumergí para sobrevivir al caos diario que acompañaba mi corta e inocente existencia.

Mi hermana hacía alguna excursión a mi mundo, a veces compartíamos vagón de tren, pero ella también había construido una realidad paralela y al final cada una se protegía como podía. Y cuando empezábamos a alzar el vuelo, a romper murallas...se fue.

No me quiero poner triste y no voy a recordar... Necesitaba empezar por aquí para que se entienda el sentido de este estrenado blog. Quiero compartir “la parte bonita de mi vida”, gritar a los cuatro vientos que merezco y puedo ser feliz. De hecho, lo soy; a ratitos, como todos/as, pero lo soy.

Ha habido momentos mágicos en los que esa sensación de extrema soledad ha desaparecido por completo: enamorarme de ÉL, rodearme de amigos/as que son lo más parecido a hermanos/as del alma, encontrar cómplices emocionales...

Eso sí, me cuesta recordar una sensación tan intensa como la de mi primer embarazo. Recuerdo que me sentía buena persona a todas horas, como si fuera incompatible estar embarazada con ser un poco bichillo. Encontré la explicación el primer día que vi a mi hija dando saltos en una pantalla cuando aún estaba en mi interior y al escuchar el latido atropellado de su corazón todo cobró sentido; las embarazadas llevamos dos corazones (a veces más) dentro de nosotras así que queremos el doble a los demás y se nos tiene que querer el doble (ya me sale la vena chantajista...)

El primer viaje culminó con el nacimiento de ELLA. Una preciosidad de niña, nuestra ricitos de oro, que ha girado por completo nuestra vida. Es inteligente, tímida, alegre, curiosa, creativa, cabezota, tranquila, delicada, sensible... Es nuestra hija. Sin más.

Con ella no dio tiempo a la epidural. Imagino que una vez más lo bueno tenía que venir precedido de un intenso dolor...Cosas de la vida.

Inicio este blog cuando llevo 9 semanas acompañada de una nueva vida que está creciendo aquí dentro. Esta vez me siento un poco abuela y me asaltan temores...Trabajar donde trabajo tampoco ayuda demasiado a vivir estos momentos con la tranquilidad que desearía, pero algo me dice que todo va a salir bien, que el destino se va a acabar poniendo de mi parte y que me va a dejar seguir disfrutando de “lo bonito de mi vida”.


Seguiré informando...