sábado, 31 de julio de 2010

Mezcla de emociones

Ayer fue un día de gran contraste emocional. Después de pasarme la noche soñando que al día siguiente no me iban a decir la nota de las oposiciones porque "no tenía la firma de autorización de mis padres" (qué surrealistas son los sueños!), la nota al fin llegó, en forma de lío de números que no hay quien entienda porque mezclan un montón de historias, pero pude traducir que había sacado exactamente un 8.743. Tengo que poner los decimales porque sigo impresionada. No sé si me acabará sirviendo de algo práctico, si me llamarán para hacer alguna sustitución... Me espera un año de incertidumbre, mezclada con el embarazo. Ay!, muchas cosillas. Lo que tengo claro es que ha sido un chute de optimismo que necesitaba. Ahora me veo más capaz de poder irme de mi trabajo, aunque sea a medio plazo. En su día formó parte de "lo bonito de mi vida", pero puede llegar a convertirse en una "dulce condena". En este trabajo he aprendido a valorar los pequeños avances , lo importante que es tener autonomía, la suerte que tenemos los que podemos andar, conducir, escribir, hablar, gritar... pero también he vivido demasiado de cerca el sabor de la amargura, la impotencia, la falta de comunicación, la lucha por el poder, los abusos laborales, la tiranía jerárquica, el seguimiento absurdo de instrucciones absurdas, la traición de la amistad... Y me quiero ir. Me quiero ir antes de que deje de ser una opción libre. No quiero verme en un callejón sin salida.
Bueno, que me lío, la emoción positiva fue la buena nota, la recompensa de este año agónico de estudio... La emoción negativa llegó en cuanto fui a recogerLA a la jugueteca. Vino corriendo a darme un abrazo. La carrera precipitó todo. En cuanto la sentí cerca vi que casi no podía respirar, me asusté. Era diferente a un simple catarro, estaba fatigada, no le llegaba aire y sonaba muy feo. La cogí en brazos y no fui capaz de preguntar a las monitoras cómo había pasado la mañana. Me dijo que estaba cansada y se quería tumbar. La subí al coche, no paraba de toser, tos metálica y respiración costosa. Iba llorando, diciéndome entre tos y tos: "estoy maliiiiiiita". Fui directa a urgencias. Diagnóstico: crisis asmática. Tres mascarillas. Un jarabe. Dos horas y media esperando que subiera la saturación de oxígeno pero se resistía. Finalmente mejoró.

Y por la noche, me noté tan cansada, que no encontré ni un ratito para llorar. Todavía no lo he encontrado y eso que ha pasado un día más, pero noto que me apetece. Me hace llorar que "lo más bonito de mi vida" lo pase mal.
Hoy la he visto feliz y hoy he recordado de nuevo mi nota. Tengo pendiente una llorera y una celebración.

viernes, 30 de julio de 2010

Casita nueva


Llevamos más de un año viviendo en lo que ELLA llamaba la “casita nueva”, ahora ya la llama “mi casa”. La decisión de trasladarnos no fue sencilla. Era un cambio bastante drástico de estilo de vida; pasar del centro de la ciudad, de tenerlo todo a mano (menos el ascensor!)... a la tranquilidad de un pueblo al que no nos unía nada especial, depender a diario del coche, etc.
Pues bien, todo lo que nos ha pasado desde que hemos llegado ha sido positivo. Ella se ha hecho buenos amigos en el cole, en el que ha estado encantada. Nosotros nos hemos hecho amigos de los papis de sus amigos, de los vecinos...Tenemos espacio, columpios, tranquilidad, naturaleza a reventar, mar, verde, vacas, pinos, caballos, puestas de sol....Creo que somos felices aquí.

Sin duda, algunas decisiones cambian radicalmente el rumbo de la vida. Probablemente- casi seguro- si no estuviéramos aquí, no nos habríamos animado a volver a generar vida...¡¡ Vida!! ¡¡una nueva vida!!

Las náuseas han ido desapareciendo, salvo alguna despistada que aún queda por ahí, y junto a ellas también se han despedido los vómitos. Me encuentro muy cansada pero bien de ánimo. Dice mi AMIGA- la del otro día, con la que choqué panza contra panza- que estar embarazada es lo más parecido a correr diariamente un maratón (mi amigo el asturiano sabe de eso).

Cuento los días para que me hagan la primera ecografía. Necesito ver latir el corazón y que me digan que todo va bien.


viernes, 23 de julio de 2010

Reencuentro

Mañana voy a ver a mi gran AMIGA, la que vive en Viena. Sí, la misma que vivía en Kosovo, Caracas, Hamburgo, Edimburgo... Esa amiga viajera que siempre me ha acompañado, desde la infancia, estuviera donde estuviera.
La quiero. Estoy nerviosa. Aún no sabe que estoy embarazada y es raro en mí que me haya podido callar durante este tiempo pero se debe a que ella también lo está, es su primer embarazo, y la bruja de ella esperó los tres meses reglamentarios para darme la noticia. En realidad, es como si yo no quisiera robarle ni un cachito de protagonismo a su estado...No sé muy bien cómo explicarlo.
Eso sí, me muero de ganas de verla, de fundirnos en un cariñoso abrazo, panza con panza...Sin duda, forma parte de lo bonito de mi vida. Aunque suene demasiado práctico decirlo siempre he pensado que es “cómoda” su amistad. Me encanta estar con ella, no tiene doblez, es sencillo acompañarla. Tiene una mezcla de serenidad, locura, originalidad, inocencia y madurez que le hacen única y muy especial.
Ayyy!, a ver si esta tarde me da tiempo a comprarle algún regalillo. Ella es siempre tan detallista. Y lo mío no tiene nombre, me quedo casi siempre en la intención, brrrrrrrr.

jueves, 22 de julio de 2010

Una nueva aventura

Siempre me ha gustado escribir. En realidad, no sé si me ha gustado o si ha sido una imperiosa necesidad. Durante años no me ha quedado otro remedio que plasmar mis emociones en papeles desordenados para no sentirme sola, o quizá para mantener la cordura. Imagino que todos/as nos sentimos solos/as alguna vez. En mi caso ha sido una constante desde muy pequeñita. Nadie compartía plenamente mi mundo irreal; ese planeta imaginario en el que me sumergí para sobrevivir al caos diario que acompañaba mi corta e inocente existencia.

Mi hermana hacía alguna excursión a mi mundo, a veces compartíamos vagón de tren, pero ella también había construido una realidad paralela y al final cada una se protegía como podía. Y cuando empezábamos a alzar el vuelo, a romper murallas...se fue.

No me quiero poner triste y no voy a recordar... Necesitaba empezar por aquí para que se entienda el sentido de este estrenado blog. Quiero compartir “la parte bonita de mi vida”, gritar a los cuatro vientos que merezco y puedo ser feliz. De hecho, lo soy; a ratitos, como todos/as, pero lo soy.

Ha habido momentos mágicos en los que esa sensación de extrema soledad ha desaparecido por completo: enamorarme de ÉL, rodearme de amigos/as que son lo más parecido a hermanos/as del alma, encontrar cómplices emocionales...

Eso sí, me cuesta recordar una sensación tan intensa como la de mi primer embarazo. Recuerdo que me sentía buena persona a todas horas, como si fuera incompatible estar embarazada con ser un poco bichillo. Encontré la explicación el primer día que vi a mi hija dando saltos en una pantalla cuando aún estaba en mi interior y al escuchar el latido atropellado de su corazón todo cobró sentido; las embarazadas llevamos dos corazones (a veces más) dentro de nosotras así que queremos el doble a los demás y se nos tiene que querer el doble (ya me sale la vena chantajista...)

El primer viaje culminó con el nacimiento de ELLA. Una preciosidad de niña, nuestra ricitos de oro, que ha girado por completo nuestra vida. Es inteligente, tímida, alegre, curiosa, creativa, cabezota, tranquila, delicada, sensible... Es nuestra hija. Sin más.

Con ella no dio tiempo a la epidural. Imagino que una vez más lo bueno tenía que venir precedido de un intenso dolor...Cosas de la vida.

Inicio este blog cuando llevo 9 semanas acompañada de una nueva vida que está creciendo aquí dentro. Esta vez me siento un poco abuela y me asaltan temores...Trabajar donde trabajo tampoco ayuda demasiado a vivir estos momentos con la tranquilidad que desearía, pero algo me dice que todo va a salir bien, que el destino se va a acabar poniendo de mi parte y que me va a dejar seguir disfrutando de “lo bonito de mi vida”.


Seguiré informando...