domingo, 17 de octubre de 2010

"Me veo como mi madre en los setenta"

http://www.elpais.com/articulo/espana/veo/madre/setenta/elpepuesp/20101009elpepinac_16/Tes

Interesante artículo. La vida misma.

Mi declive en el trabajo comenzó con la reducción de jornada que pedí para cuidar de ELLA. Ya no era la chica para todo. Ya era una madre que tenía obligaciones mucho más importantes que el "siwananismo" laboral. Y ahora que lo veo con perspectiva ¡qué bueno que haya sido así!
ELLA se merece mi tiempo y mi energía. Ellos no. El miércoles mi dolor de espalda y mi nivel de estrés permitido estando embarazada llegó al límite y fui al médico.
Estoy de baja. Sólo lo siento por algunos usuarios porque en el fondo creo que ellos sí se benefician de mi trabajo y lo valoran, pero está todo ya tan nublado y feo allí que me cuesta discriminar en ese ambiente lo importante de lo insustancial.
Por lo demás, estoy tranquila, serena, feliz. Estoy con ELLA, con ELLITA, con ÉL y CONMIGO . Me necesitan bien. Y yo también me necesito.

1 comentario:

  1. Hola Brisa, haces bien en alejarte del estrés, "disfruta" de tu baja, de estar con los tuyos y cuídate mucho. Por si te aburres con tanto tiempo libre, te adjunto este comentario al artículo, no a tu entrada, lo escribo por mi necesidad de expresar una idea políticamente correcta. No importa que lo publiques, que esto no es lo bonito de la vida. BESOS.

    Estoy de acuerdo con el artículo ... pero (siempre hay un pero) quiero hacer una reflexión:

    Hace tiempo que no tengo ningún tipo de relación con mi madre, porque tras intentar durante muchos años estar a la altura de los sacrificios que ella hizo por mi en mi infancia, he llegado a la conclusión de que es imposible, nunca cumpliré las expectativas que mi supermadre tenía para mi y ya no puedo sufrir más que “me quiera tanto”.
    Por suerte he conseguido librarme del sentimiento de culpa, yo no le pedí esos sacrificios. De hecho, con las consecuencias que eso ha tenido en mi vida ¡Ojalá no lo hubiera hecho! Ojalá hubiera compaginado su desarrollo personal con su realización como madre y así yo no tendría ninguna deuda que pagarle. Ojalá se acordara de que esos sacrificios los disfrutó, porque fue lo que en su momento eligió: ser madre, que es lo más bonito del mundo y que además es compatible con el desarrollo como persona.

    Esta es la reflexión de una hija que aún no es madre: no creo en los sacrificios que no “compensan”. Por ejemplo, la baja de maternidad también la puede disfrutar el padre, a la vez o a continuación de la madre … pero ¿Estamos dispuestas a cederle el privilegio de estar con nuestro bebé a ellos? ¿Realmente queremos esa igualdad? ¿Tienen la culpa ellos, las empresas … nosotras? ¿No es culpa de nadie y es una elección?

    Después de muchos años de ser el objetivo de las frustraciones de mi madre, de pasar del amor al odio como mecanismo de defensa, porque con una madre es imposible la indiferencia. Creo que puedo decir que no lo he superado que me siento engañada.
    De los padres aprendemos lo que nos quieren enseñar y lo que nos enseñan sin quererlo: mi elección ser sólo una madre, que la supermadre que conozco no me gusta nada.

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