miércoles, 25 de enero de 2012

Felicidades, compañera



No sabía que era tu cumpleaños. Y nunca lo he sabido, en realidad. No sé por qué a lo largo de todos estos años no he hecho el más mínimo esfuerzo por retenerlo o apuntarlo. El caso es que hoy me ha dado "cosilla" llegar a la sala de café, ver que habías traído pastas y que todo el mundo sabía que era tu cumple menos yo. También me he enterado allí de cuántos cumplías. Me habrás dicho mil veces tu edad pero tampoco lo retengo. No es un dato esencial para mí, que detesto las cifras, así que hago hueco en mi atolondrada cabeza para otros temas más importantes. Tu vida sí me importa, ¿eh?. Ojalá dentro de doce años mi cara refleje algo parecido a lo que veo en la tuya.
Gracias por ser mi diario soplo de aire fresco en la jornada de trabajo y por mantenerte fiel a tu persona. Te diría que no cambies pero siempre se cambia, ¿no? Y que seas una tía muy maja no implica que no puedas mejorar, ¿eh?, jaja.
Me apetecía que tuvieras tu dosis de protagonismo en un espacio tan personal para mí, aunque sé que siempre prefieres un plano discreto y ya te imagino muerta de vergüenza leyendo estas líneas. Tranquila, que esto sólo puede leerlo el mundo entero.
Felicidades, cómplice laboral.

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