viernes, 12 de diciembre de 2014

Soy una miedosa valiente



Me hubiera gustado acabar el año trabajando pero no ha sido posible.  Estamos en crisis, hay recortes, tenemos que pagar entre todos lo que sólo algunos han gastado... En fin, le pido al nuevo año que me ayude a seguir confiando en mí, que me llamen pronto de la Consejería y que se me vaya curando poco a poco el maltrato laboral de los últimos quince años. En realidad, nos maltratamos solitos, no necesitamos jefes psicópatas como los que he tenido yo. Es más importante nuestro propio automaltrato, es el más dañino de todo, cada vez soy más consciente de eso, pero he tenido que estar lejos para darme cuenta. 

Esta mañana estaba pensando que me daba miedo esta situación de incertidumbre (trabajar/no trabajar) y he reflexionado un poco acerca de las etiquetas que nos colgamos muchas veces y que de tanto usarlas se convierten en "verdades" irrefutables. Yo siempre me he dicho: Qué miedosa eres! Me dan miedo muchísimas cosas, soy muy precavida, en ocasiones demasiado y sé que he perdido la oportunidad de sentir emociones intensas por ese miedo continuo; al agua, a las alturas, a los diagnósticos, a hacer el ridículo, a las atracciones, a la velocidad, al teléfono....Pues vale, no es una etiqueta sin fundamento, soy una miedosa, está claro. Aun así, a pesar de mis fobias, he sido al mismo tiempo toda mi vida una valiente. Y desde hace un par de meses lo confirmo a diario. Bueno, cambio la etiqueta entonces, soy una miedosa valiente.

"Quien no arriesga no vive". En eso estoy. Me siento viva.