martes, 20 de agosto de 2013

Lo bonito de las vacaciones


Despertarte con tu reloj biológico o con el grito de ELLITA diciendo “mamáaaaaaa, me hago pisssssss””.
Tomar una cerveza en una terraza por la noche mientras las niñas juegan en los columpios.
Reencontrarte con amigas de la infancia y ver cómo tus hijas juegan con sus hijos de manera similar a como tú jugabas con ellas.
Tener “nada que hacer” y disponer de todo el  tiempo del mundo para hacerlo.
Bañarte en el mar o en la piscina con las peques y comprobar los progresos de ELLA en el agua.
Esperar a que ÉL me haga el desayuno y sentarnos juntos sin prisa, sin mirar el reloj...
Disfrutar de la luz de la nueva casa y de los atardeceres y tener  espacio mental para imaginar cómo decorarla..
Ver a mis hijas bañarse en el mar en el que aprendí a nadar y  colocar mi toalla en el mismo sitio en el que la ponían mi hermana y mi madre cuando me llevaban a la playa  en mi pueblo...
Dormir sin tener pesadillas y olvidar hasta la cara de los jefes..

Se acabaron. Fue bonito mientras duró.