viernes, 30 de julio de 2010

Casita nueva


Llevamos más de un año viviendo en lo que ELLA llamaba la “casita nueva”, ahora ya la llama “mi casa”. La decisión de trasladarnos no fue sencilla. Era un cambio bastante drástico de estilo de vida; pasar del centro de la ciudad, de tenerlo todo a mano (menos el ascensor!)... a la tranquilidad de un pueblo al que no nos unía nada especial, depender a diario del coche, etc.
Pues bien, todo lo que nos ha pasado desde que hemos llegado ha sido positivo. Ella se ha hecho buenos amigos en el cole, en el que ha estado encantada. Nosotros nos hemos hecho amigos de los papis de sus amigos, de los vecinos...Tenemos espacio, columpios, tranquilidad, naturaleza a reventar, mar, verde, vacas, pinos, caballos, puestas de sol....Creo que somos felices aquí.

Sin duda, algunas decisiones cambian radicalmente el rumbo de la vida. Probablemente- casi seguro- si no estuviéramos aquí, no nos habríamos animado a volver a generar vida...¡¡ Vida!! ¡¡una nueva vida!!

Las náuseas han ido desapareciendo, salvo alguna despistada que aún queda por ahí, y junto a ellas también se han despedido los vómitos. Me encuentro muy cansada pero bien de ánimo. Dice mi AMIGA- la del otro día, con la que choqué panza contra panza- que estar embarazada es lo más parecido a correr diariamente un maratón (mi amigo el asturiano sabe de eso).

Cuento los días para que me hagan la primera ecografía. Necesito ver latir el corazón y que me digan que todo va bien.


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