lunes, 4 de julio de 2011

El ingreso de ELLITA :-(


El martes la pediatra nos envió directamente a urgencias, tras otra dura noche de fiebre alta y quejido inconsolable. Al auscultarla le sonó feo.

Tuvimos mala suerte con una enfermera borde que nos atendió nada más llegar. ELLITA lloraba sin parar mientras yo daba sus datos en la ventanilla. Se me acercó con cara de perro y me preguntó qué le pasaba. Le dije que nos mandaba la pediatra porque tenía mucha fiebre y dificultad para respirar. Contestó con tono de capulla: •”Andaaa, ¿ y si no lo arregla la pediatra qué pretende que hagamos aquí?” La hubiera abofeteado en ese momento pero tenía que atender a mi hija, que no tenía consuelo. La cogí en brazos y se calmó. Entonces la enfermera volvió a clavar una banderilla: “Lo que necesita este bebé es amor”.
Ayer una chica me ha dicho que tengo mucho autocontrol. Tampoco me conoce demasiado. Me quedé pensativa. En realidad lo que tengo es una cantidad de agresividad contenida que no sé qué voy a hacer con ella. A veces me apetecería salir a la calle sin la máscara de la civilización y me encantaría poder ir repartiendo tortazos a diestro y siniestro. Bueno, y alguna que otra patada fuerte también. La cantidad de personas abofeteables que una puede encontrarse al cabo del día, es impresionante; camareros que no te atienden o lo hacen con cara desagradable, peluqueras que te cortan el pelo como les da la gana, vecinos que no te saludan, listillas indiscretas, cafres sin ninguna empatía, funcionarios incompetentes, profesores sin vocación, pijos sin cerebro, fumadores irrespetuosos, conductores temerarios, jefas robotizadas y … enfermeras gilipollas. Tengo que volver a urgencias y darle ese tortazo contenido. Tengo que hacerlo. A ver cuándo encuentro un rato.

ELLITA ha estado ingresada tres días y tres eternas noches. Nunca la había escuchado llorar de esa manera. En urgencias confirmaron que le costaba respirar, ventilaba muy mal y que tenía dolor. Le pusieron varias mascarillas de adrenalina y ventolín. Le sacaron sangre, le colocaron una vía en ese bracito tan inocente y rechoncho (qué dolor mi niña!) y le hicieron una radiografía. Nos quedamos la primera noche en la Unidad de Corta Estancia. Después nos subieron a la planta de Hospitalización Infantil. Afortunadamente lo de la enfermera que nos "acogió" fue un hecho aislado y en general nos han tratado con profesionalidad y con humanidad. Ha sido una batalla llena de antibiótico, mascarillas de ventolín , oxigenoterapia (la metían en una especie de cajita de plástico para que sólo respirara oxígeno puro) y toneladas de paracetamol. Creíamos que había tenido bronquiolitis pero finalmente al darnos el alta nos enteramos de que lo que ha tenido ha sido neumonía. Suena feo, sí.
Cuando le pusieron el oxígeno con la caja de plástico me pareció una especie de muñequita de trapo, muy vulnerable. Casi fue lo que más me impresionó y eso que el resto fue más duro. Sentí el deseo de envolverla eternamente en una especie de pompa de jabón gigante como las que le encantan a ELLA, para que ningún otro virus o bacteria le vuelva a hacer tanto daño….pero luego desperté. No puedo privarla de todo lo que se vive tras las nubes invisibles que nos envuelven. Tiene que seguir sintiendo, experimentando, tocando, respirando….Tienen que vivir sin mis miedos y mi sobreprotección, sin el peso de un pasado que no las corresponde.

Señora enfermera, todos necesitamos amor. Mis hijas, de momento, tienen el que necesitan. Usted parece triste.

1 comentario:

  1. Un abrazo con mucho AmooooooooooooooooooR desde Gijón.
    Para la despensa, que ya sé que de eso tenéis mucho, para usar cuando alguna cafre se olvide del amor; especialmente en una situación en la que una es tan vulnerable.

    ResponderEliminar