domingo, 2 de enero de 2011

"Lo esencial es invisible a los ojos"


Cuando una está embarazada se sorprende a veces con sentimientos confusos, con miedos, con una especie de tristeza repentina o emoción desbordada… Son muy pocos esos momentos pero bastante intensos en mi caso.
Habitualmente me miro en el espejo y contemplo contenta mi enorme barrigota. Me coloco de perfil , de frente… y me encanta la nueva forma de mi cuerpo, acaricio la estirada piel con la esperanza de que le lleguen mis señales a ELLITA…Y si tengo suerte me sorprende y veo cómo se forman suaves olas en mi tripa. Y entonces siento que tengo que aprovechar cada instante de este estado que no volveré a sentir en mi vida . Pero en algunos momentos de bajón anímico confieso que me veo enorme, gorda, rara…y con temor a cómo quedará este cuerpo “serrano” cuando todo esto termine. Y se me junta quizá con la famosa “crisis de los cuarenta”, esa etapa vital en la que muchas mujeres hacen (hacemos) repaso de cómo han conducido su vida, de lo que queda por hacer…Y precisamente cuando he hecho ese ejercicio mental justo antes de quedarme embarazada, una de mis tareas pendientes era mantener mejor forma física y de paso cuidar más mi imagen.

En esta vacaciones navideñas que hemos pasado en la ciudad de las murallas he vivido un momento especial. Hemos ido a hacer una visita a una AMIGA de la familia de ÉL a la que tengo mucho cariño; es ciega y su hermana , que vive con ella, también. ELLITA quiso hacerse notar y las dos pudieron sentir con sus manos cómo se movía. Estaban emocionadas. Me encantó hacerles ese regalo.
Al despedirse me hicieron a mí un regalo también, el mejor que me ha dejado Papá Noel. Me repitieron varias veces que me encontraban “muy guapa”, “guapísima”. Y puede parecer una frase hecha dicha por puro mimetismo con las personas videntes o puede sonar a chiste que dos ciegas te encuentren guapa y si me sale la vena irónica puedo decir de todo pero….la realidad es que me llegó al alma el comentario, y a mí sólo me llegan ahí cuando se me transmite sinceridad. Salí de su casa sintiéndome guapa de verdad porque sé que me “vieron” así. En realidad, estaba tan guapa por dentro en ese momento que quizá lo captaron con la palma de la mano.

Ojalá pudiéramos cerrar los ojos más a menudo y escuchar el infinito sin interferencias.

4 comentarios:

  1. Yo tampoco te puedo ver y desde la distancia pero desde la más corta proximidad.... te veo guapa no, guapísima mi niña. Y aunque tengas 40, 50, 60, 70...(hasta el infinito) recuerda que la que tuvo.... retuvo jejejeje.

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  2. Desde luego la belleza que se transmite, la que no se ve pero se siente es la que más feliz le hace a uno mismo y a los demás. Me alegro de que estés tan guapa.
    Me encanta El Principito.
    Un abrazo.

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  3. NO soy objetiva al opinar aquí porque yo siempre te he visto guapa y te seguiré viendo guapa pasen los años que pasen... (Espero que como tú a mi) :-)

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  4. Primero me lo dicen las dos hermanas ciegas que no me ven. Y luego lo ratifican tres buenas amigas que desde la distancia "me ven" guapa. Y la mejor de todas la última que reconoce abiertamente "no ser objetiva".
    Sois la caña, guapetonas :-P

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