martes, 15 de febrero de 2011

"Ven, te necesito"

Anoche empecé a tener contracciones algo dolorosas. Fueron pocas pero seguidas. ELLA dormía plácidamente y no era demasiado tarde (menos de las 12:00) así que decidimos llamar a nuestra amiga la GUARDIANA 1 para que viniera por si acaso. Nuestra experiencia de la otra vez fue tan precipitada que ahora tememos que de nuevo el proceso se acelere en poco rato y esta vez lo prioritario es dejar a ELLA bien atendida. A pesar de ser pronto la despertamos porque hoy tenía que madrugar, brrrrrrrr. Por si fuera poco despertar a una, ésta despertó a su vez a la otra GUARDIANA (a la 2) para que estuviera pendiente por si tenía que venir a casa pronto por la mañana para llevar a ELLA al cole. Vamos, que no hemos dejado dormir a nadie.
Cuando hemos ido a urgencias tan sólo he tenido una leve contracción en el coche. Ambos sabíamos que “no estaba de parto”, pero ya estábamos metidos en el lío y había que salir de él como fuera y aprovechar la oportunidad de tener a alguien en casa para quedarnos más tranquilos. Ha sido un simulacro en toda regla. Hemos calculado el tiempo que tardamos en llegar y hemos revivido los momentos que teníamos nublados de la otra vez, como una especie de déjà vu pero a cámara lenta. He caminado tranquilamente por el largo pasillo en el que me tuve que parar hace cuatro años varias veces porque tenía contracciones ya muy dolorosas. Y hemos llegado al final de ese pasillo, donde devolví la otra vez. Me han abierto la historia; esta vez he podido contestar a las preguntas estando sentada, no de pie y jadeando. Me he desvestido en el mismo cutre baño del que guardaba tan mal recuerdo, pero anoche podía hacerlo sin que me temblaran las piernas y las manos. Cuando me ha explorado me ha confirmado lo que ya sospechaba; sólo tenía un centímetro de dilatación y no tenía pinta de desencadenarse el parto. Luego me han hecho un PT y aunque he tenido contracciones han sido leves e irregulares en el tiempo así que, tras otro tacto (que duele, por cierto), me han mandado para casita, a dar la brasa a otro sitio. La matrona y la ginecóloga tenían las marcas de las sábanas en la cara, también las he despertado. Pero a ellas no me importa :-) A mis amigas sí.

Me sigue costando pedir ayuda, aunque sea a los buenos amigos, aunque sepa con plena certeza que se ofrecen de verdad, no sólo con palabras….pero yo no he sabido nunca pedir ayuda, ni siquiera en situaciones límite y es una tarea pendiente. Mi rol impuesto era otro. Sé que he estado muchas veces más sola de lo que podía haber estado. Sé que tengo buena gente que me quiere, que entiende que no tengo muchas manos a las que acudir y que sabe que yo haría lo mismo. Sé que más de una amiga me hubiera acompañado mientras cuidaba a mi hermana o a mi madre en esas noches horribles de hospital, de desesperanza, de la mayor de las desesperaciones, cuando llegué a sentir lástima de mí misma (la peor sensación de mi vida),…. pero no sabía decir algo tan sencillo como: “Ven, te necesito”, a pesar de haber visto tantas veces de pequeña la facilidad con la que lo hacía Michael Knight en“El coche Fantastico”. Yo sólo acertaba a desconectar el teléfono o a no contestar. Toda una valiente, brrrrrrrr.

Anoche, al llegar a casa y encontrar a nuestra amiga dormida en el sofá, pensé que ahora me iba a costar más volver a llamarla por si vuelve a ser una falsa alarma. Ya empiezo de nuevo con el temor a molestar…. Esta mañana ha sonado el teléfono, era ella, la GUARDIANA 1, que aún estaba trabajando y que me conoce bastante y se anticipa a mis pensamientos. Después de escuchar lo que me ha dicho me siento mucho más segura. Os prometo que no voy a dudar. Voy a decir las veces que haga falta: “Ven, te necesito”.

Gracias, GUARDIANAS. Yo también a vosotras.

1 comentario: