miércoles, 30 de enero de 2013

Ratón de campo, ratón de ciudad



ELLA tiene un cuento titulado “Ratón de campo, ratón de ciudad” que siempre me ha gustado. El pobre ratón de ciudad pasa unos días en el campo y no sabe cómo manejarse. Y el ratón de campo se va a la ciudad, llena de peligros, y pasa muy malos ratos. Los dos acaban dándose cuenta de que donde realmente son felices es donde han vivido siempre.
Nosotros ahora somos "familia de campo", antes éramos "de ciudad"; una ciudad pequeña, manejable, pero ciudad. Ahora somos de campo, de pueblo.
El otro día fuimos todos a la ciudad entre semana, por la tarde, algo completamente fuera de nuestra rutina habitual, que a diario transcurre entre cole, danza, música, casa, cumples de amiguitas... A ÉL y a mí nos molestaban especialmente los ruidos. ¿Cómo es posible vivir con tanto ruido de tráfico? ¿Y la gente que vive ahí en medio? ¿puede dormir? Imagino que se han acostumbrado pero... pufff. A mí me daba la sensación de tener que gritar para mantener una conversación, como cuando sales (salías) por la noche y entre copa y copa intentas (intentabas) decirle algo a alguien. La diferencia es que ¡¡¡estábamos paseando por la calle!!, al “aire libre”. ¿Aire? ¿Libre?
ELLA sus dos primeros años los pasó en la ciudad pero ya son taaaaaaan lejanos que a penas se acuerda. Se queda mirando a todo con mucha curiosidad, parece traída de una tribu indígena. Y ELLITA, que es más de pueblo que las amapolas,  se rebela a ir sentada en su silla; pretende atravesar la ciudad andando solita, a su aire, correteando y parándose cuando le apetezca, como en el parque de columpios en el que pasa tantas horas cuando el tiempo lo permite.
Las "mamás de ciudad" cuidan más su aspecto físico y su vestimenta, así como el de sus hijos/as, que más que niños/as parecen figuritas de porcelana. Las "mamás de campo" tienen más ropa  cómoda y/o deportiva en los armarios y son capaces de llevar a sus hijas al parque incluso sin lazos en la cabeza. Estoy haciendo una de esas generalizaciones exageradas, soy consciente :-) En realidad no se trata de vivir aquí o allá, se trata de ser "así"o ser "asá", preferir ositos o espirales. Anda que no habrá mamás de ciudad viviendo en pueblos, poniéndose tacones para andar por calles empedradas, “antes muertas que sencillas” y mámas de campo en las ciudades, dibujando vacas y caracoles en las lunas sucias de los coches,  atrapadas como gusanos en una Gran Manzana...

Yo nací en un pueblo y ahí transcurrió mi infancia y mi adolescencia. Después he vivido en tres ciudades y ahora vivo en otro pueblo. 
Y donde más bonito siento, donde más puedo ser yo misma, es en el pueblo. No me gusta el ruido. Definitivamente, soy ratón de campo.


 " [...] De vuelta a su casa el ratón de campo pensó que jamás cambiaría su paz por un montón de cosas materiales."

3 comentarios:

  1. yo tengo suerte... soy ratón de campo feliz... y ratón de ciudad feliz... de ambas partes saco lo bueno... que las dos tienen... y lo malo, pues lo olvido! que ya hay mucho alrededor... Un beso guapa!!! me gustan las cosas que escribes...

    ResponderEliminar
  2. Está también el ratón vividor o de mundo, que es donde debes encajar tú :-) Un beso.

    ResponderEliminar
  3. Pertenezco a otro tipo de ratones: ratón de biblioteca.
    Antes, el lugar era físico. Ahora, los libros y revistas se almacenan en un espacio virtual y puedes leerlos desde casa.
    Valoro mucho el silencio y entre los ruidos me quedo con la música.

    ResponderEliminar