martes, 10 de mayo de 2011

El semáforo rojo


Este mediodía venía conduciendo hacia casa, escuchando a Pablo Alborán: "Regálame tu risa, enséñame a volar...y túuuuuu, y túuuuuuuu...y solamente túuuuu, haces que mi cielo vuelva a tener ese azul....pintas de colores mis mañanas sólo tú..." Es un día cualquiera; me mata el dolor de espalda, he dormido a cachitos, sigo viéndome muy gorda, me cansa conducir, he hecho la odiosa compra...pero una simple melodía ha accionado esa puerta de mi alma que de vez en cuando se queda abierta de par en par y refresca todas mis emociones.
Asocio esa canción con ELLITA (mi niña pequeña, mi nueva cosa bonita), que dormía como una angelita (¿los ángeles tienen sexo?)... De repente he notado que era inmensamente feliz. Al menos lo era en ese instante, parada frente a un semáforo en rojo. No quería que se pusiera en verde, al contrario de lo que es habitual, hubiera estado ahí sin inmutarme durante horas...
¿Y si me pellizco para comprobar si mi vida actual es real? ¿Por qué sigo con tanto miedo a que mis sueños se conviertan en pesadillas? ¿Para qué me voy a pellizcar? ¡Y qué más da si lo que vivo ahora es sueño o realidad! Sea lo que sea, que nada ni nadie me despierte, por favor. Quiero dejar de tener miedo a ser feliz.
El semáforo se ha puesto en verde. Seguiré...

No hay comentarios:

Publicar un comentario