sábado, 11 de febrero de 2012

Hasta siempre, pequeño



Un día ELLA empezó a hablarme de la muerte y me dijo que no quería morirse. Me puse nerviosa y triste, no estuve a la altura y de manera precipitada le dije: "los niños no se mueren".

Jamás aconsejaría a nadie dar una respuesta que implique mentir y menos así, de una manera tan directa y con un tema tan delicado. Jamás. Pero yo lo hice. Ser madre es mucho más complicado que ser psicóloga, la verdad.

Hoy ha fallecido un niño que atendíamos en mi trabajo. Tenía 9 años. Era, como todos los niños que acuden allí, un niño especial. En este caso, especialmente especial, con una afectación muy grave. Sus padres le adoptaron sin poner ninguna pega a su condición. Querían un hijo, no un pedido a domicilio (algo así explicaba su madre cuando le decían que tenía mucho mérito lo que habían hecho).

Tiene una hermana a la que ya nadie podrá mentirle. Algunos niños, inexplicablemente, se van y no vuelven jamás. Durante estos años ha sido un superviviente. El tiempo corría en su contra y al final le venció.

Le faltará el contacto diario con las personas que tanto le querían pero se merecía descansar.

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