martes, 18 de marzo de 2014

Cua, Cua, Cua


A ELLA le ha dado por perseguirme cuando estamos en casa. Si subo a la habitación, viene detrás. Si me cambio de habitación, viene detrás.  Si salgo a la terraza, viene detrás. A veces invade mi diminuto espacio personal dentro de casa; ese mini  espacio temporal donde lo máximo que hago es ponerme el pijama. Toda una experiencia.  No sé si escribir para quejarme o para dar gracias a la vida por tener un pato que me persigue. Creo que haré lo último. Como le he dicho que parece un patito, ahora ya directamente se me presenta en la habitación haciendo “cua, cua, cua”. Y claro, ELLITA no iba a ser menos y asume el papel de patito del patito. Se convierten en mis preciosas “hijas troqueladas” y empiezan a leer cuentos (todavía quedan en papel!!) mientras yo sigo intentando ponerme el pijama. Algún día cuando echen a volar, recordaré con nostalgia sus cua, cua, cua. Y seré yo la de la onomatopeya.

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