No escribo en el blog porque tengo un secreto. Un gran secreto. Un secreto que me mantiene tan ilusionada como estresada; un secreto a voces entre mis allegados, un secreto que me hace sentirme activa, asustada, viva, inquieta, atemorizada, valiente, que me encoge el estómago y me contrae los músculos. Me quita horas de sueño, siendo un sueño en realidad. En ocasiones me da seguridad y en otras me paraliza. Es mi talismán, mi amuleto mental.
Y los secretos no se cuentan. Y menos en este medio.
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