martes, 29 de octubre de 2013

Carta para ELLA


Querida hija mía:

Te siento mía, pero sé que eres tuya. Ahora que ya sabes leer puedo escribir para ti. Todavía es pronto para que entiendas todo lo que intento decirte pero no importa, porque lo bueno de las letras escritas es que no se las lleva el viento. Algún día entenderás que ésa es también su trampa: “lo escrito se lee”. Pasa a menudo en la vida con muchas cosas; pueden ser muy bonitas o muy feas, dependiendo de cómo se usen, de quién las use, de para qué se usen...Si utilizas una pintura para dibujar, es bonito. Si la utilizas para clavársela en el brazo a alguien, entonces es feo.
Las mamás están en la vida para muchas cosas bonitas; llevarte en la barriga antes de nacer, alimentarte como a los cachorritos de animales, abrigarte cuando tienes frío, limpiarte la cara  para que se vea mejor lo guapa que eres, enseñarte a ponerte los calcetines, darte un beso cuando te despiertas asustada por alguna pesadilla, ir a verte bailar, aplaudir tus canastas,... y también están para intentar enseñarte a distinguir entre lo importante y lo prescindible..y para enseñarte qué quieren decir palabras tan raras como “prescindible”. Quisiera ser una especie de brújula para ti y también quisiera que tú pudieras decidir cuándo sacarme de tu bolsillo y usarme y cuándo no, pero todavía quedan unos cuantos años para eso... Mientras tanto te pido paciencia y confianza; intento hacerlo bien y llevarte de la mano por los caminos que creo que son buenos para ti hasta que puedas andar tú solita. Ya vas algún tramo suelta y reconozco que me cuesta cortar el cordón umbilical que me sigue manteniendo unida a ti, pero me esfuerzo por dejarte volar, aunque sea a poca altura. Estoy muy orgullosa de todo lo que has conseguido hasta ahora y me parece que soy una mamá con mucha suerte por tenerte. Papá y ELLITA también son unos suertudos por tener una hija y una hermana como tú.

La vida es bonita pero a veces se pasan malos ratos y necesitamos apoyo. Déjate ayudar sólo por quien no te haga un favor como moneda de cambio. Eso quiere decir que te ayuda porque espera que luego hagas tú algo. No tiene que ser siempre así, no te tienes que sentir obligada a nada por nadie, tan sólo  haz  lo que tu corazón y tu cabeza te manden. Si alguien te quiere de verdad te ayuda porque sí, sin más. 
Huye de las personas que sólo se te acercan cuando las cosas no te van bien. Esto sí que es difícil de entender. Ojalá no lo comprendas nunca.. Tu tía llamaba a esa gente “cuervos de cementerio”, que se regodean en las desgracias ajenas. No creas la frase “a los buenos amigos se les conoce en los malos momentos”. Se han confundido un poco. Suena mejor al revés: “Tus mejores amigos serán las primeras personas en las que pienses cuando te ocurre algo bueno”. Te morirás de ganas de compartir con ellos tus alegrías porque sabes que tu felicidad les hace felices. Y de sobra sabes que también estarán contigo si lo pasas mal, está claro, que para eso te quieren. Pero no hace falta ni decirlo. Y si no, no son amigos. Son otra cosa.
Nadie es imprescindible para ti. Hay personas importantes,  pero la más, MÁS importante de tu vida siempre será la misma: TÚ.  Puedes no ver a personas a las que quieres durante muchos meses, años..o toda la vida...puedes despedirte de alguien a quien quieres mucho porque desaparece de este planeta...pero siempre, siempre, siempre, seguirás contando contigo misma, vayas a donde vayas  estarás acompañada por TI. Por eso es tan importante que aprendas a cuidarte y a quererte desde pequeñita. Trátate con cariño, no cruces el semáforo cuando el  monigote esté en rojo jamás,  bebe cuando tengas sed y descansa cuando el corazón te vaya muy rapidito. Recuerda, tu mejor amiga siempre serás tú. 
Mientras lo vas entendiendo, déjame ser una persona muy importante para ti. Llévame en tu bolsillo.

Te quiero.

lunes, 21 de octubre de 2013

Un árbol genealógico. Una idea "genialógica".


Algún día tenía que pasar... Le han pedido a ELLA en el cole fotos de sus abuelos, sus papis y sus hermanos. 
Mi primera reacción física ha sido la piel de gallina en los brazos y una especie de corriente eléctrica por todo el cuerpo. Soy una dramática de mucho cuidado, lo reconozco. Hablo sólo de una sensación puramente fisiológica, fuera de mi control, automática, no procesada...
Después ha venido la parte cognitiva, en la que ya entra mi esencia patológica en toda su magnitud y lo que soy capaz de hacer ya no tiene nombre. Ahí empieza mi cabeza  de alta velocidad, sin sistema de frenado de emergencia, a embalarse de tal manera que casi pierdo la noción de todo lo que estoy pensando, sintiendo, reviviendo... a la vez. Y, de repente, sin síndrome premenstrual que justifique que estoy “moñas”, me meto en el pozo de la tristeza, me ahogo y me entran unas ganas de llorar desproporcionadas. ¿Pero de qué voy? ¿Cómo puedo ser tan tontorrona a estas alturas de mi vida?
Empiezo inconscientemente a trasladar a mi hija mis agobios infantiles y ya anticipo que va a ser de las poquitas o la única de su clase que no haya oído hablar siquiera de su abuelo materno, ni sabe su nombre ni ha visto ninguna foto y algo ha oído, pero poco, de su abuela materna. Y sólo tiene una yaya, que el resto está en el cielo (o en el infierno, pero a ver cómo se lo explico). Y me la imagino triste, distinta...y andando por la calle con miedo por si el cielo se le desploma encima de la cantidad de peso que está aguantando con tanto muerto en la familia y entonces yo también me muero un poco... pero de pena. ¿Pero de qué voy?
Empiezo a recordar aquellos puñeteros días en los que nos pedían algo parecido en el cole o simplemente teníamos que rellenar una ficha donde aparecía:
NOMBRE DEL PADRE:
PROFESIÓN:
NOMBRE DE LA MADRE:
PROFESIÓN:
Por cierto, ¿para qué querían saber la profesión? Bueno, da igual.
Y yo escribía el nombre de mi padre y su profesión, porque algún día tuvo nombre, algún día escuché que le llamaban por su nombre y algún remoto día se llamó PAPÁ y le vi trabajar en su taller...pero me resultaba todo taaaaaaaaan lejano y confuso.  Recuerdo lo que odiaba rellenar ese tipo de cosas, pufffffffffff. Me daba rabia que las otras niñas tuvieran un papá presente y el mío fuera pasado. Y tampoco podía decir que estaba en el cielo e ilusionarme con la idea infantil de que era la estrella que más brillaba porque estaba “vivo”. Muerto pero vivo, o vivo pero muerto. Hasta que le resucité (¿quién me mandaría a mí?)..., pero esa es otra historia :-)

Yo y mi obsesión por que mis hijas tengan una vida “normal”. ¡¡Seré borrega!! ¿Qué es lo normal? Yo que tanto defiendo la diversidad...Soy una incoherente.

Las fotos que tengo de mi padre son de jovencito, todo guapo él. Cuando lleve la foto más que el abuelo va a parecer el primo de zumosol. 

Ya está, ya se me ha pasado :-)

jueves, 10 de octubre de 2013

Azul, de Krzysztof Kieślowski.

Sólo la he visto una vez. Su banda sonora la he escuchado muchas veces, aunque hace ya años que no he vuelto a hacerlo. Creo que se merece un espacio en lo bonito de mi vida porque es un referente para mí. No podría volver a verla, al menos no por ahora, y escucharla tampoco me viene muy bien. Me arrastra demasiado a las cavernas del recuerdo. Nunca me ha llegado tanto una película. Mejor escena: Juliette Binoche deslizando su puño cerrado por una pared, muerta de dolor.
Ahora necesito ver películas de ciencia ficción o de mucha acción, donde nada es demasiado creíble,  sin grandes historias personales ni dosis dramáticas o si hay drama es tan surrealista que no hay quien empatice. Y me gustan los matones, los tipos duros, super musculados,  que siempre salen ilesos peleen con quien peleen, aunque estén atados de pies y manos y sus enemigos sean cincuenta y armados. Ellos pueden con todo. Y esas pedazo mujeres valientes y espectaculares que disparan con precisión y rompen por completo con los roles de género establecidos y roban bancos, etc.. Mis heroínas!!
No quiero grandes diálogos que lleguen al corazoncito o que me hagan reflexionar lo más mínimo. No quiero bandas sonoras espectaculares ni obras de arte de ningún tipo. No quiero aprender nada. No quiero llorar. Quiero mucha violencia. Quiero que ellos suelten por mí la agresividad que tengo que contener a diario. Quiero que me entretegan, sin más. Quiero conseguir ver una película sin quedarme dormida. Es mi reto. 


La vida son etapas. Y yo ahora estoy en stand by..

Frases de ELLITA III

"Voy a hacer una  exposición de cacas y muñecas en la habitación".

No sé por qué me reí más si por la palabra exposición o por lo que estaba dispuesta a exponer :-)