sábado, 27 de agosto de 2011

Medio año


Han pasado 6 meses desde que nació ELLITA. Nuestra vida ha cambiado pero no de manera tan drástica como cuando nació ELLA. Ya nos hemos adaptado a tener dos criaturas que dependen de nosotros y nos gusta la familia en la que nos hemos convertido.

Para celebrar su cumple-mes ELLITA ha dormido toda la noche sin hacer su parada o paradas reglamentarias para repostar. Es su primera vez. Ella ha dormido del tirón pero yo no. Me he despertado varias veces para comprobar que estaba bien y mis "contenedores de leche" estaban a rebosar porque no están acostumbrados a estar llenos tanto tiempo.
Al despertarla para darle el desayuno antes de irme a trabajar tenías los ojos completamente pegados, llenos de legañas. ¿Será por eso por lo que no se ha despertado? ¿No podía abrir los ojos? Pobre.
Sigue con sus ataques esporádicos de tos, sus cámaras de ventolín y sus cosillas, pero vamos superándolo. Está grandota y muy bonita. Le han salido pronto los dos dientes de abajo y cuando se ríe (muy a menudo) está graciosa. Cuando no tiene mucho hambre le da por morder el pezón y veo las estrellas porque son como dos alfileres. Me pongo "seria" y le digo: "A mami no se le hace eso, eh?" Y ella se parte de risa. En la guarde la describen como una niña tranquila y simpática. Estamos contentos.
ELLA cada día aprende algo nuevo y nos encanta cómo nos cuenta todo lo que hace en la jugueteca de verano. Esta semana les han enseñado quién era Don Quijote de la Mancha. Nos ha dicho que luchaba contra molinos porque se creía que eran gigantes y también que sabe quién es Dulcinea y que estaba enamorada de Don "Gijote". Le decimos que era al revés, que era él el que estaba coladito, pero no hay manera. Prefiere cambiar la historia y con lo cabezota que es cualquiera le lleva la contraria.

Y YO....
Y ÉL....
Y NOSOTROS...

¿Nosotros? ¿Tenemos tiempo para pensar en nosotros? Ahí estamos. Creo que más o menos bien. Cuando tenga un rato lo pienso mejor. O no.

jueves, 18 de agosto de 2011

Suelas limpias y regalos virtuales



A un chico del trabajo el otro día se le salió el zapato. Al colocárselo comprobé que la suela estaba limpia, impoluta, intacta. Sentí pena. Los zapatos estaban viejos pero la suela reluciente. No pisan el suelo, no andan, no van a donde quieren sólo a donde se les lleva... He mirado las suelas de mis agujereados zuecos. Tengo la suela sucia... pero yo tampoco voy a donde quiero. Sigue pendiente la compra de unos zuecos nuevos, quizá me atreva a salir corriendo con ellos, aunque se me salgan, aunque manche la suela.
He compartido esta impresión en un foro en el que participo desde hace tiempo y que "construyó" una amiga a la que echo de menos ("no te entregues corazón libre, no te entregues..."). Al leerme allí alguien me ha regalado las zapatillas del Principito. Aunque los regalos virtuales no me gustan tengo que reconocer que son chulas. Acabo de asociar esto con otra época... Aún recuerdo lo ridículo que me parecía que en los chat la gente se "invitara" a cervezas, a tarta de chocolate... "Toma un trocito de chocolate, que sé que eres goloso" "Umm, me estoy tomando una cervecita fresca, ¿queréis un sorbo?" "¿un poco de mate?" Y había gente que empezaba a "beber" y "beber" tanto en la absurda fiesta virtual que acababa ebrio y todo. Un panorama.

Hubo un tiempo en el que chateaba sistemáticamente cada noche. Se convirtió en un ritual. Fue una etapa muy terapéutica, saqué fuera mucha porquería acumulada ayudándome del anonimato. Conté mi vida a gente sin rostro, necesitaba creer que había alguien en el mundo que podía entender lo que me había costado vivir. Escuché otras historias personales, acompañé otras almas lejanas y también hice reír más de una vez. Escribía igual que sentía, a una velocidad de vértigo. Comunicarse a través de internet tiene sus ventajas o yo encuentro (encontraba) muchas, sobre todo si no se usa cámara ni micrófono, sólo palabras. También es verdad que a veces resulta insuficiente, pero cuando se lleva tiempo intercambiando emociones de esa manera se llega incluso a intuir la cara que está poniendo el otro y se siente con el otro. No es comunicación no verbal, es comunicación extrasensorial, jaja. La mayoría de los nick con los que me crucé en la red quedaron atrapados en lo virtual para siempre y mi necesidad de comunicarme de esa manera ha caducado, al menos temporalmente, pero hubo varias personas que dejaron de ser palabras escritas en una pantalla para convertirse en amigos de los buenos, de los de carne y hueso. Si me estáis leyendo alguno de los tres (o los tres) os mando un beso y si no, también. Y no es un beso virtual. Es un bESO.

martes, 16 de agosto de 2011

"Fluir"


Así se titula el libro que una amiga suele recomendar. No lo he leído.

Identifico "fluir" con tranquilidad, con libertad, autenticidad, espontaneidad, creatividad, con la nada, con el todo, con el aire, con el mar en calma o embravecido, con una hoja seca o una margarita fresca, con mi risa, con mis lágrimas, con mi voz y mi silencio...
Hay situaciones y personas con las que me resulta fácil fluir, sólo tengo que dejarme llevar, sin más. Puedo volar si me apetece, soñar, reír a carcajadas, sentir en alto, canturrear o callar.... Me dejan ser YO, pura esencia. No necesito manual de instrucciones, rituales, protocolos de conducta,...


Detesto sentirme torpe y negativa. Detesto que me hagan sentir así.
El otro día alguien que me quiere y a quien quiero me dijo que he perdido mi antiguo sentido del humor. Me dolió porque es cierto. Necesito volver a fluir para tenerlo. Necesito ser Yo sin pedir permiso para serlo. Creo que os necesito. Me necesito.
Flow, flow, flow...
Hoy es el primer día de ELLITA en la guarde. Estaba toda gordita, blanca y sonriente cuando la he dejado en manos de su nueva cuidadora. Espero que todo fluya con normalidad...

lunes, 8 de agosto de 2011

Mi cabeza está de mudanza


Pues eso, que mi cabeza anda de mudanza. Estoy cansada, triste, malhumorada, despistada, desmemoriada, atareada, insegura y sin ganas de escribir. Volver a trabajar no me ha sentado del todo bien. Todo sigue igual, es como si el tiempo se hubiera detenido. Y yo no quiero detenerme, no quiero que su estancamiento me envuelva de nuevo hasta axfisiar cualquier atisbo de progreso personal. No me refiero a grandes aspiraciones profesionales ni económicas. Es algo que va más allá. Quiero sentir que sigo aprendiendo algo nuevo, quiero sentir que aprenden conmigo y, sobre todo, quiero sentir que sigo sintiendo. No encajo entre robots.

Eso sí, no pienso quedarme de brazos cruzados contemplando cómo desperdicio mi día a día así que ya he empezado a meter en cajas algunas ideas irracionales y algunos temores que han resurgido. Cuando encuentre tiempo y energía las tiraré a la basura. No quiero reciclarlas.