sábado, 26 de marzo de 2011

Un mes siendo buena


Hoy ELLITA cumple un mes y lo hemos celebrado con nuestra amiga vienesa. Ha sido un bonito encuentro de mamis y amigas bebés. Nosotras nos hemos tomado un café y ellas han coincidido en alguna toma de leche materna. Cada etapa vital tiene su aliciente.

¡Un mes de vida!( ¿Cuántos meses tendré yo? ). Un mes intenso, pero ha pasado volando y en general ha sido bueno, a pesar del trajín del hospital de las primeras semanas y alguna visita al pediatra. ELLITA ha estrenado su primera –ITIS (conjuntivitis) y ha llegado al mes de vida gordita, guapa y llena de granos en la cara (brrrrr), pero se la ve feliz. ÉL y YO llevamos un mes sin dormir pero como estamos contentos se nos olvida. Bueno, la amnesia en realidad se debe al agotamiento, pero suena mejor achacarla a la felicidad.

Si el embarazo es etapa de escuchar frases hechas y consejos de todo el mundo, la primera etapa de vida del bebé no iba a ser menos. Ya sé que parece que tengo manía persecutoria con eso de los comentarios ajenos pero es que… ¡me chirrían tan a menudo algunas palabras encadenadas sin sentido! Está muy bien eso de comunicarse, somos animales sociales y la interacción es necesaria, pero hablamos tan por hablar y decimos tantas perogrulladas al cabo del día que deberíamos ponernos algún límite, ¿no?; una especie de carnet por puntos: “Si dices cuatro tonterías en menos de dos horas, un punto menos” “Si no escuchas a quien te habla, otro punto menos”. Y para renovar el carnet habría que hacer un cursillo de habilidades sociales.

Reconozco que lo que más me agota es “escuchar por escuchar” porque “hablar por hablar”, que también lo hago a menudo, es menos cansado. Y digo yo que quién me mandó a mí estudiar psicología, una profesión que si por algo se caracteriza es por el arte de simular que te interesa lo que te están contando. En las películas los pacientes son más entretenidos.

Estos días mucha gente me pregunta acerca de ELLITA: “¿Es buena? “ A penas ha nacido y ya puede ser buena o mala. Y claro, se sobreentiende que es buena si no da lata pero si tiene cólicos, además de sufrirlos es mala. Pobrecitos los bebés, esos libros en blanco sobre los que podemos escribir lo que queramos…. El otro día pensando en esa pregunta me quedé mirándola después de darle de mamar y le dije: “Hija mía, sigue siendo siempre tan buena persona como ahora, que la vida no te vuelva mala”. Y temblé al pensar en el futuro, más que por su posible maldad por los “malos” con los que pueda encontrarse.
Más tarde, en un momento sereno, pensé que he conocido a pocas personas malas. ¿Qué es ser mala persona? Son los que desean y/o causan conscientemente mal a los demás. Conozco alguno que hace mucho daño pero no estoy segura de que lo sepa. Esto me recuerda a aquellas personas que te pegan una puñalada trapera y luego te dicen: "No ha sido con mala intención". Me reservo lo que digo yo para mis adentros cuando alguien me dice eso, que es horario infantil.

ELLITA es buena. BUENA. Que se entere todo el mundo; porque es un bebé que acaba de nacer, porque no se alegra del mal ajeno, porque hace feliz a la gente que la rodea y, por si eso fuera poco, ¡porque no tiene cólicos!

miércoles, 16 de marzo de 2011

Arco iris



Estoy disfrutando de ELLITA con mucha serenidad. Se nota la experiencia previa. ELLA era más sencilla de manejar porque tan sólo dormía y comía, a penas oímos su llanto durante meses. ELLITA parece más guerrera, le encanta estar en brazos y necesita mucho contacto, además come con más frecuencia y duerme menos. (¡Ayy!, ¿ya empiezo con las comparaciones?, brrrrrrr) Aun así, me noto muy tranquila, segura, como si llevara toda la vida cuidando de un bebé.

Antes de que naciera me preguntaba cómo iban a transcurrir mis emociones en esta etapa tan importante de mi vida. A veces, en momentos de duda y temor, me sorprendía pensando que me iba a resultar complicado ajustarme a mi nuevo rol de “mamá de dos niñas”, cuando llevo ya un tiempo centrada exclusivamente en cuerpo y alma en ELLA… ¿Cómo se hace para querer a más de una hija? ¿seré capaz de quererlas como merecen? ¿tendré que dosificar el amor?

¡Pues claro que sé quererlas! ¡Qué tonta soy! ¿Dosificar qué? Ponerle medida al cariño es desvirtuarlo, no tiene sentido. Siempre acabo volviendo a la idea del “amor extensible”; cuanto más se quiere, cuanto más amor se entrega, más amor se tiene. El amor, cuando es de verdad, no se gasta, sólo cambia de color. Las quiero a las dos con el arco iris completo, con sol, con lluvia, con toda mi alma...

miércoles, 9 de marzo de 2011

Mi tercer "parto"


La llegada de ELLITA fue relativamente sencilla y nació sin problemas, que es lo importante. La parte negativa vino después. La placenta no quería salir, se quedó adherida y después de que ya me habían cosido tuvieron que hacerme una extracción manual y un legrado. Los primeros intentos de sacarme la placenta fueron muy dolorosos, además de desagradables. Finalmente tuvieron que llamar a los anestesistas y me pusieron doble dosis de epidural, ummmm, qué rica!

Durante el ingreso reglamentario de dos días me pusieron chutes de antibiótico para prevenir infecciones. Me dieron el alta tras hacerme una ecografía en la que “aún quedaba material”, así que tuve que tomar una medicación para provocar contracciones y facilitar la expulsión.
Después de haber pasado tres felices días en casa, intentando aterrizar en una nueva rutina, el viernes pasado de manera repentina empecé a encontrarme mal. Bueno, por la mañana había estado mareada y con algún escalofrío, pero sin fiebre. Comencé a sentir un dolor abdominal tan fuerte que recordé las contracciones de parto, pero esta vez sin intervalo entre una y otra, era algo continuo y sin la ilusión de que al final de ese dolor llegaba ELLITA. Fuimos a urgencias. Me ingresaron tras hacerme una ecografía. Sospecha de endometritis. De nuevo chutes de antibiótico y analgésicos, pinchazos y más pinchazos y una estancia gratuita en el hospital, que es lo más parecido a descansar en un balneario. Una frase grabada en mi cabeza una y otra vez dicha por una enfermera que me atendió en urgencias: “Hija, has tenido mala suerte”. Pufff!, menos mal que me pilla en una etapa positiva de mi vida, si me dice algo así hace años me hunde, que estaba totalmente traumatizada con mi “mala suerte” y pensaba que era una persona gafada. He tenido suerte de que mi hija haya nacido sana. A eso, sabiendo lo que sé, se le puede llamar BUENA SUERTE.

ELLITA ha podido permanecer conmigo en el hospital para garantizar la lactancia materna. A mí me daba cosilla que mamara una leche “contaminada” con tanta medicación pero según los médicos era compatible y lo prioritario era no suspenderlo…Yo qué sé!

Enfrente de mi cama leía de manera casi compulsiva el cartel que aparece en la foto. Me parecía una auténtica ironía leer esas frases mientras escuchaba el jaleo de las habitaciones y del pasillo, con un continuo ir y venir de gente, ruidos, portazos, invasión de la poca intimidad que a una le queda cuando está ingresada….El cartel comienza diciendo: “Para mejorar el descanso…” Y yo, para mis adentros, me decía: “Para mejorar algo tiene que existir un mínimo de ese algo”. Tan pronto te abren la puerta del baño estando tú dentro y sin excusarse te preguntan si hay compresas suficientes como te viene una con cara de asesina que sin saludar te amenaza con un objeto punzante y sin mediar palabra te lo coloca en la axila, “ah, era sólo el termómetro”. Demasiado surrealismo hay en los hospitales. Por lo demás, el personal en general ha sido amable y había algún que otro “ángel” que cuando venía a colocarme la vía me transmitía serenidad.

Y la historia acabó con otro legrado y al alta continuamos con antibiótico y medicación para contraer el útero porque queda aún alguna cosilla y tengo que seguir haciéndome controles…Pues sí que estaba adherida la placenta, sí.

Gracias a todos los amigos que habéis estado conmigo de una u otra manera, especialmente la “pintora de buenas emociones” por nuestras charlas matinales, por el cariño con el que nos has tratado a ELLITA y a mí y por haberte quedado sin pintar cuadros algún día a cambio de pintarme una sonrisa….

miércoles, 2 de marzo de 2011

¡¡¡¡¡ELLITA ya está aquí!!!!!


Escuchó mi invocación. Así me gusta, HIJA, que empieces a obedecer.

Nació el sábado, día 26 de Febrero a las 12:05 horas. Pesó 3,890 kg y midió 50 cm.
La matrona me hizo el regalo de poder recogerla con mis temblorosas manos y ser yo misma la que me la pusiera encima nada más nacer… Sin palabras…

Estoy todavía sin demasiadas fuerzas ( sobre todo porque sigo sin poder dormir más de media hora seguida) así que por ahora os librais de leer toda la batalla del parto, preparto, postparto…

ELLITA es aún más bonita de lo que podíamos haber imaginado. Se parece mucho a su hermana cuando era bebé, pero ELLITA en versión rubia (ELLA nació con el pelo más moreno, a pesar de que ahora es ricitos de oro). Cuando está dormida no para de sonreír, como en el vídeo de la ecografía. Vamos, que no fue casual que el ecógrafo captara ese momento tan especial.

Os dejo. Ahora es ELLITA quien me invoca a mí.

Me siento madre. Me siento FELIZ.